Bajo el lema “Mártires porque querían la inclusión social”, la jesuita Universidad Centroamericana (UCA) inicia este jueves la conmemoración del 19 aniversario de los asesinatos de seis sacerdotes y dos mujeres, perpetrados bárbaramente por el ejército salvadoreño el 16 de noviembre de 1989.
“Los actos de este año están centrados en la inclusión social tal y como la querían los mártires que desafiaban a la sociedad excluyente”, declaró a la AFP Marcel Vargas, de la oficina de comunicaciones de la UCA.
El afiche oficial de los actos de recordación incluye la frase del extinto rector Ignacio Ellacuría: “en el reino habrá abundancia para todos, ¡pero nadie se podrá considerar rico en contrapartida con el pobre y en contraposición con él!”.
La madrugada del 16 de noviembre de 1989, en el marco de la mayor ofensiva de la guerrilla izquierdista, efectivos del ahora proscrito batallón Atlacatl asesinaron a los sacerdotes españoles-salvadoreños Ignacio Ellacuría (rector de la UCA) y al vicerrector Ignacio Martín Baró.
También fueron asesinados los sacerdotes españoles Segundo Montes, Amando López y Juan Ramón Moreno, y el cura salvadoreño Joaquín López, así como la empleada doméstica Elba Ramos y su hija Celina.
Los actos conmemorativos arrancan el jueves con el llamado festival de la “Memoria Histórica”, que se desarrollará en el anfiteatro de la plaza de los estudiantes en el campus de la UCA, en el sector suroeste de la capital.
Ese mismo día, se inaugura en el centro pastoral que lleva el nombre del asesinado arzobispo de San Salvador, Oscar Arnulfo Romero, una exposición fotográfica dedicada a los extintos sacerdotes.
A nivel religioso, también se incluye para el sábado un encuentro de las escuelas de teología pastoral y el II Encuentro Nacional de Comités de Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos en el conflicto armado. Este último acto se realizará en la céntrica plaza Gerardo Barrios.
Los actos seguirán el 10 de noviembre con una exposición multimedia de la vida de los mártires.
La mayor “solemnidad” de los actos se producirá el sábado 15 de noviembre con la elaboración de coloridas alfombras en una de las calles internas de la UCA y con el peregrinaje de campesinos por el llamado Jardín de las Rosas, donde fueron acribillados los sacerdotes, y en la capilla donde resposan sus restos.
Ese mismo día por la noche se realizará una procesión de “farolitos”, una misa al aire libre y luego se iniciará un acto cultural en el marco de una vigilia.
Los actos concluirán el domingo 16 de noviembre con una misa de la comunidad jesuita en la cripta de los obispos, ubicada en el sótano de la catedral de San Salvador.
Por el múltiple crimen que conmovió a la comunidad internacional, fueron juzgados nueve militares, entre ellos el director de la Escuela Militar de San Salvador, coronel Guillermo Alfredo Benavides, culpado de todos los crímenes y condenado a 30 años de cárcel.
Benavides fue liberado el 1 de abril de 1993, tras promulgarse la ley de amnistía que perdonó todas las atrocidades cometidas durante la guerra civil (1980-1992).
“Los actos de este año están centrados en la inclusión social tal y como la querían los mártires que desafiaban a la sociedad excluyente”, declaró a la AFP Marcel Vargas, de la oficina de comunicaciones de la UCA.
El afiche oficial de los actos de recordación incluye la frase del extinto rector Ignacio Ellacuría: “en el reino habrá abundancia para todos, ¡pero nadie se podrá considerar rico en contrapartida con el pobre y en contraposición con él!”.
La madrugada del 16 de noviembre de 1989, en el marco de la mayor ofensiva de la guerrilla izquierdista, efectivos del ahora proscrito batallón Atlacatl asesinaron a los sacerdotes españoles-salvadoreños Ignacio Ellacuría (rector de la UCA) y al vicerrector Ignacio Martín Baró.
También fueron asesinados los sacerdotes españoles Segundo Montes, Amando López y Juan Ramón Moreno, y el cura salvadoreño Joaquín López, así como la empleada doméstica Elba Ramos y su hija Celina.
Los actos conmemorativos arrancan el jueves con el llamado festival de la “Memoria Histórica”, que se desarrollará en el anfiteatro de la plaza de los estudiantes en el campus de la UCA, en el sector suroeste de la capital.
Ese mismo día, se inaugura en el centro pastoral que lleva el nombre del asesinado arzobispo de San Salvador, Oscar Arnulfo Romero, una exposición fotográfica dedicada a los extintos sacerdotes.
A nivel religioso, también se incluye para el sábado un encuentro de las escuelas de teología pastoral y el II Encuentro Nacional de Comités de Víctimas de Violaciones de Derechos Humanos en el conflicto armado. Este último acto se realizará en la céntrica plaza Gerardo Barrios.
Los actos seguirán el 10 de noviembre con una exposición multimedia de la vida de los mártires.
La mayor “solemnidad” de los actos se producirá el sábado 15 de noviembre con la elaboración de coloridas alfombras en una de las calles internas de la UCA y con el peregrinaje de campesinos por el llamado Jardín de las Rosas, donde fueron acribillados los sacerdotes, y en la capilla donde resposan sus restos.
Ese mismo día por la noche se realizará una procesión de “farolitos”, una misa al aire libre y luego se iniciará un acto cultural en el marco de una vigilia.
Los actos concluirán el domingo 16 de noviembre con una misa de la comunidad jesuita en la cripta de los obispos, ubicada en el sótano de la catedral de San Salvador.
Por el múltiple crimen que conmovió a la comunidad internacional, fueron juzgados nueve militares, entre ellos el director de la Escuela Militar de San Salvador, coronel Guillermo Alfredo Benavides, culpado de todos los crímenes y condenado a 30 años de cárcel.
Benavides fue liberado el 1 de abril de 1993, tras promulgarse la ley de amnistía que perdonó todas las atrocidades cometidas durante la guerra civil (1980-1992).
2 comentarios:
Pregúntenle al matacura de esos asesinatos, el sabe mucho de esto. Era el embajador de Venezuela en El Salvador cuando sucedier esa asacre, pero le reportaba a John Negroponte quien entonces era el embajador gringo en El Salvador. De ahí le viene el nombre del matacuras, con el ue es muy conocido en Centroamérica.
“Operación Centauro” era el nombre código para el plan de eliminación física de de personal religioso que estuveira bajo sospecha severa de colaborar con las guerrillas salvadoreñas. El proyecto implicaba a a agentes cubanos radicados en Miami y al embajador de Venezuela en El Salvador, Leopolodo Castillo, de quien se ha dicho que era la fuente de los servicios de inteligencia que identificó a las víctimas.
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