Asesino de la nieta de Leoni llegó a la familia a entrenar gallos
Recibió instrucciones para cometer el triple crimen el pasado mes de marzo
Anderson Alexis Gandica aún permanece detenido en el Cicpc, espera cupo para ingresar al penal de La Planta (Fernando Sánchez)
La familia Leoni lo acobijó cuando llegó a Caracas. Allí, en la hacienda Vista Arroyo -propiedad de los hijos del ex presidente- consiguió Anderson Alexis Gandica su primer trabajo, su primera oportunidad en la capital.
Para entonces el asesino de Lorena Moreno Leoni contaba con 24 años. Así le contó el propio Anderson a los funcionarios del Cuerpo de investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, sin que ello figure como una declaración oficial.
No les explicó a los efectivos, a ninguno de los tres consultados de forma extraoficial, cómo fue que llegó hasta allí, pero presumen que lo hizo gracias a la recomendación de algunos amigos. De eso hace ya seis años.
Trabajando para los Leoni, duró cuatro años en total. Los conoció a todos. Gandica llegó para servir como jardinero en la finca, pero luego demostró ser experto en el entrenamiento de gallos de pelea. Como lo hacía tan bien, dijo a los efectivos, le dejaron la responsabilidad.
Las razones por las cuales dejó de trabajar en la finca no las reveló, o por lo menos así lo explicaron los efectivos, pero aseguró nunca haber perdido contacto con la familia Leoni.
Desde hacía exactamente dos años ya no servía de entrenador de gallos, sino de mesonero, junto a otros amigos en restaurantes de lujo ubicados en Las Mercedes. Por lo menos en tres prestó servicio, dijo.
A probar suerte Llegó a la ciudad desde San Cristóbal, estado Táchira, solo. Al poco tiempo consiguió trabajo, techo y comida en la finca de los Leoni. En ese tiempo se convirtió en empleado de confianza.
En la capital nunca tuvo familia, sólo amigos. Algunos llegaron primero que él, pero la mayoría, confesó, siguieron sus pasos. Todos son oriundos del estado Táchira.
Mientras estuvo de mesonero, con varios de sus coterráneos vivió en pensiones de Petare y Sabana Grande; ya para estos últimos tiempos estaba en un hostal en Chacao, con su esposa.
Con ella, una joven de 16 años, estaba recién casado. Aún no tenía hijos, aseguraron los funcionarios, según la narración que él mismo hizo de su periplo por Caracas.
Medio año de preparativos Hace seis meses fue el primer contacto que tuvo Anderson con Raúl Enrique Moreno Leoni -hermano de Lorena e hijo de Carmen Sofía Leoni- para planificar el crimen. Entre llamadas y correos electrónicos, dijo Anderson al Cicpc, se mantuvo la comunicación para planificar lo que debió ser un triple homicidio. Gandica, alias "el Toche" aceptó desde el principio. Dijo no haber titubeado en prestarse para el trabajo.
De inmediato se fue hasta Táchira y allí contactó a Henry Bastos -a quien conoció gracias a unos amigos allá mismo- y a Robert, un tercero de quien poco se sabe.
La excusa que usaron para entrar a la casa fue la gestión de la una visa americana, que necesitaría Anderson para llegar hasta Miami, pues según Raúl Enrique lo necesitaba para comenzar algunos negocios.
Así llegó Anderson a la residencia de Carmen Sofía y de Lorena, ellas debían ayudarlo con los trámites. Pero el tiempo de agotaba y había que consumar el primer trabajo. Por eso llegó al apartamento el 3 de noviembre, reclamó la falta de puntualidad y junto a Bastos consumó la encomienda.
Como no tuvo la visa lista no pudo irse a Miami para encontrarse con Raúl Enrique con quien había fraguado ya un segundo crimen.
Recibió instrucciones para cometer el triple crimen el pasado mes de marzo
Anderson Alexis Gandica aún permanece detenido en el Cicpc, espera cupo para ingresar al penal de La Planta (Fernando Sánchez)
La familia Leoni lo acobijó cuando llegó a Caracas. Allí, en la hacienda Vista Arroyo -propiedad de los hijos del ex presidente- consiguió Anderson Alexis Gandica su primer trabajo, su primera oportunidad en la capital.
Para entonces el asesino de Lorena Moreno Leoni contaba con 24 años. Así le contó el propio Anderson a los funcionarios del Cuerpo de investigaciones Científicas Penales y Criminalísticas, sin que ello figure como una declaración oficial.
No les explicó a los efectivos, a ninguno de los tres consultados de forma extraoficial, cómo fue que llegó hasta allí, pero presumen que lo hizo gracias a la recomendación de algunos amigos. De eso hace ya seis años.
Trabajando para los Leoni, duró cuatro años en total. Los conoció a todos. Gandica llegó para servir como jardinero en la finca, pero luego demostró ser experto en el entrenamiento de gallos de pelea. Como lo hacía tan bien, dijo a los efectivos, le dejaron la responsabilidad.
Las razones por las cuales dejó de trabajar en la finca no las reveló, o por lo menos así lo explicaron los efectivos, pero aseguró nunca haber perdido contacto con la familia Leoni.
Desde hacía exactamente dos años ya no servía de entrenador de gallos, sino de mesonero, junto a otros amigos en restaurantes de lujo ubicados en Las Mercedes. Por lo menos en tres prestó servicio, dijo.
A probar suerte Llegó a la ciudad desde San Cristóbal, estado Táchira, solo. Al poco tiempo consiguió trabajo, techo y comida en la finca de los Leoni. En ese tiempo se convirtió en empleado de confianza.
En la capital nunca tuvo familia, sólo amigos. Algunos llegaron primero que él, pero la mayoría, confesó, siguieron sus pasos. Todos son oriundos del estado Táchira.
Mientras estuvo de mesonero, con varios de sus coterráneos vivió en pensiones de Petare y Sabana Grande; ya para estos últimos tiempos estaba en un hostal en Chacao, con su esposa.
Con ella, una joven de 16 años, estaba recién casado. Aún no tenía hijos, aseguraron los funcionarios, según la narración que él mismo hizo de su periplo por Caracas.
Medio año de preparativos Hace seis meses fue el primer contacto que tuvo Anderson con Raúl Enrique Moreno Leoni -hermano de Lorena e hijo de Carmen Sofía Leoni- para planificar el crimen. Entre llamadas y correos electrónicos, dijo Anderson al Cicpc, se mantuvo la comunicación para planificar lo que debió ser un triple homicidio. Gandica, alias "el Toche" aceptó desde el principio. Dijo no haber titubeado en prestarse para el trabajo.
De inmediato se fue hasta Táchira y allí contactó a Henry Bastos -a quien conoció gracias a unos amigos allá mismo- y a Robert, un tercero de quien poco se sabe.
La excusa que usaron para entrar a la casa fue la gestión de la una visa americana, que necesitaría Anderson para llegar hasta Miami, pues según Raúl Enrique lo necesitaba para comenzar algunos negocios.
Así llegó Anderson a la residencia de Carmen Sofía y de Lorena, ellas debían ayudarlo con los trámites. Pero el tiempo de agotaba y había que consumar el primer trabajo. Por eso llegó al apartamento el 3 de noviembre, reclamó la falta de puntualidad y junto a Bastos consumó la encomienda.
Como no tuvo la visa lista no pudo irse a Miami para encontrarse con Raúl Enrique con quien había fraguado ya un segundo crimen.
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