sábado, 15 de noviembre de 2008

Cumbe de Ocoyta: El mismo sitio histórico de Guillermo Rivas

Un homenaje a los cimarrones
La población de Mango de Ocoyta, en Barlovento, fue elevada a patrimonio natural, histórico y cultural del municipio Acevedo y del estado Miranda
Mango de Ocoita es el lugar es considerado por muchos historiadores como el primer bastión libertario contra la esclavitud y el colonialismo en esa subregión mirandina
Para llegar a la población de Mango de Ocoyta (o Mango de Ocoita) hay que desplazarse desde Caucagua por el peligroso tramo de la carretera nacional. Se pasa la entrada de Panaquire, se pasa la entrada de El Clavo, y en la próxima entrada ancha, y a la izquierda, está este poblado, cuna de negros irreductibles.
El sol abraza y abrasa. El calor ablanda el asfalto, y pone a funcionar de manera copiosa cada glándula sudorípara de cualquier mortal.
El caserío forma parte de la parroquia Panaquire del municipio Acevedo, en el corazón de la selva tropical de Barlovento.
Miles de historias enriquecen el pasado de esta tierra; entre ellas la del negro Guillermo Ribas, conocido como "El Cimarrón", y quien por razones obvias no quiso ajustarse a los caprichos del conquistador español. El cumbe de Ocoyta es el mismo sitio histórico construido por este negro cimarrón en el año 1768. Este lugar es considerado como el primer bastión libertario contra la esclavitud y el colonialismo en esa subregión mirandina.
Patrimonio en la cumbe
Motivos han sobrado para que este pequeño y tórrido pueblo sea declarado Patrimonio Natural, Cultural e Histórico del municipio Acevedo y del estado Bolivariano Miranda.
En un acto llevado a cabo esta semana, en el otrora cumbe, estuvieron presentes los integrantes de la Cámara Municipal de Acevedo, las autoridades parlamentarias regionales, el Director de Cultura de la Gobernación, Jesús Alberto Hernández, integrantes de la Red de Patrimonios Culturales del estado Bolivariano de Miranda, la Red de Organizaciones Afrovenezolanas, el diputado de la Asamblea Nacional por el eje barloventeño, Modesto Ruiz, y el candidato al Consejo Legislativo Regional de Miranda, Ramón Gómez "Rayao", entre otros.
En el homenaje se realzó la figura del mencionado afrodescendiente que "con su justificada rebeldía luchó por la instauración y respeto de los derechos humanos, y del anhelo a la libertad, y la fraternidad".
"Para orgullo de los acevedenses, la población de Mango de Ocoyta constituye y representa un elemento extraordinario, que contribuye a la reconstrucción de la verdadera historia de nuestros pueblos, enriqueciendo la diversidad nacional y cultural", prosiguió en la lectura la secretaria de la cámara municipal.
En el mismo acto, el alcalde Juan Aponte recibió la Orden Guillermo Ribas y la condecoración "Generalísimo Francisco de Miranda". La segunda de las mencionadas es la máxima orden que entrega el Ejecutivo regional a los mirandinos destacados en diversas áreas. La Orden Guillermo Ribas también fue entregada a varios luchadores sociales de Mango de Ocoyta.
Otra cara de la historia
El mandatario municipal recordó en su discurso que la historia la escriben los que sobreviven. "Y como nosotros estamos sobreviviendo a todos los embates que desde distintos espacios, desde distintas esferas, desde distintos medios de comunicación social le hacen a nuestro proceso de justicia social, creo que se hace necesario que esta historia se escriba tal cual como está aconteciendo".
Aponte se paseó por varios capítulo del cimarronaje en Barlovento, y dijo que debemos reconocernos afrodescendientes y que eso es una actitud ante la vida.
"Esta historia no se la han contado a nuestros niños en la escuela; la escuela cuenta la historia de los blancos, de los conquistadores, de los que irrumpieron contra nosotros, de los que violaron a nuestras mujeres, de los que violaron a nuestras aborígenes; de los que esclavizaron; esa es la historia que nos cuentan", aseveró.
El irreductible Ribas
Este cimarrón que nos ocupa fue esclavo del regidor Marcos Ribas (padre del prócer José Félix Ribas, quien a su vez fue tío político de Bolívar), de cuyo poder se había fugado en el año 1767, estando en la población de Capaya. El negro Guillermo tenía su cumbe en la denominada montaña de Ocoyta. Los españoles llamaban cumbe a aquellos lugares inaccesibles donde se refugiaron los afrodescendientes cimarrones que escapaban del yugo esclavista. En varios documentos de la historia hispanoamericana también denominaban a estos sitios como "palenques" o "quilombos". El cumbe de Ocoyta fue fundado por Ribas junto a sus compañeros Francisco Mina, y las heroínas cimarronas Juana Francisca, María Valentina y Manucha Algarín.
A este cimarrón intentaron capturarlo en diversas ocasiones pero de manera infructuosa. En una oportunidad quiso hacerlo el teniente de justicia de Caucagua, Nicolás de Las Rosas, pero se quedó con las ganas.
En otro intento lo llevó a cabo Germán Aguilera, como Cabo de Guerra, pero tampoco lo logró. Cuenta la historia que el 16 de octubre de 1771, el negro Guillermo con 18 de sus hombres se presentó en al población de Panaquire donde apresaron al teniente de justicia Pedro Casaña. Este hecho determinó que los hacendados españoles pidieran al gobernador interino de la Provincia de Venezuela, el señor Francisco de Arce, una acción urgente contra el afrodescendiente rebelado, y las facultades para formar una patrulla que acabara con el cimarrón, ya que constituía un "mal ejemplo" para los esclavos de la región barloventeña y del resto del territorio nacional. El cumbe de Ribas en Ocoyta fue rodeado sigilosamente el 10 de noviembre. Guillermo y sus compañeros fueron sorprendidos y atacados de manera contundente.
Desafortunadamente, Ribas no pudo zafarse de esta acción; él y su compañero Francisco Mina resultaron muertos en la emboscada; otros fueron capturados vivos y algunos lograron escapar de las garras de los representantes del imperio español.
Detalle histórico
Al Negro Ribas lo decapitaron y le cortaron una mano. Tanto su cabeza como la mano fueron colocadas en la entrada del poblado de Panaquire para que sirviera de escarmiento al resto de los negros con intenciones libertarias. No obstante, esto lo que hizo fue aumentar el cimarronaje en Barlovento.

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