LAS ENCUESTAS MÁS RECIENTES vuelven a colocar a la inseguridad como la principal preocupación de los venezolanos y venezolanas de todas las capas sociales.
Casi el 87% de los encuestados declaran que la falta de seguridad personal, la arremetida del hampa, los robos, secuestros, pasaron a ser un problema nacional.
Ya no puede concebirse como un asunto policiaco, de la competencia exclusiva de las policías.
Es un error dejar sólo en manos del Ministerio del Interior y de los despachos policiales la lucha contra los delitos. Es indispensable asumirlo como un problema político de la competencia de la más alta dirección nacional. La familia venezolana considera que el proceso revolucionario debe significar la erradicación de los delitos.
El socialismo no puede ser concebido en una sociedad asediada por la delincuencia.
El derecho a la vida es el primero de los derechos humanos y no puede dejarse a las pandillas el derecho a disponer de la vida de docenas de personas todas las semanas.
Más aun cuando la oposición tomó como bandera denunciar la inseguridad como un producto de la Revolución Bolivariana. Hemos insistido en que la erradicación de los altos niveles de delincuencia debe formar parte del discurso del Presidente y de los candidatos del PSUV. La lucha contra la delincuencia debe convertirse en una lucha de todo el pueblo.
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