CONCIENCIA
La creencia, los principios, la convicción e igual que la fe, no dependen de las circunstancias, cuando se cree en algo, se cree, cuando se esta convencido, se está. Es necesario llamar a la reflexión a muchas de las personas que han apostado al proceso de cambio, que no pueden condicionar su apoyo a las circunstancias, sobre todo cuando esas circunstancias son producto de tantos años de abandono en el que estuvo sumido nuestro país antes de la llegada del presidente Chávez.
Es necesario que se entienda que esto no es un concurso donde lo que está en juego es la belleza, el porte o la cantidad de dinero; lo que esta en juego es el modelo de país que tenemos la posibilidad de construir, por esto es necesario que se profundicen las razones por las cuales la gran mayoría decidió el cambio. Que no olvidemos de dónde venimos, cómo estábamos y entendamos que un niño de 10 años aún no es adulto, que si lo relacionamos con el crecimiento del ser humano, sólo a partir de los 20 años de vida es cuando se empieza a ver consolidación y decisiones que nos llevan a un nuevo ciclo de crecimiento interno, espiritual, así es el país. Es muy fácil, respondiendo a la cultura de 40 años de individualismo, de falsa moral, decir que las cosas no están bien, pero nosotros entramos en un cambio profundo, un cambio que con mucha decisión pretendemos que no sea de forma sino de fondo, que los principios de la felicidad no sean tener un carro de buena marca, o una camisa, o unos zapatos caros, que los principios, igual que la fe, se expandan en la alegría, en la sonrisa de comprender al otro a través de comprendernos a nosotros mismos, que ser una persona importante no radique en ser millonario, sino en ser la persona en la que todos puedan confiar y contar.
Que entendamos que el mayor logro de estos 10 años de revolución no son la cantidad de obras de infraestructura – que son muchas – ni la cantidad de dinero que se ha transferido a las comunidades a través de los consejos comunales, sino es el crecimiento de la autoestima del venezolano como cualquier persona, sea rico, pobre, intelectual o analfabeta, hoy día se sienten dignos de ser humanos, de ser venezolanos, que la gran mayoría hoy no se sienten menos que otros y que eso nos ha permitido rescatar la convivencia y combatir el miedo. El miedo de la falsa moral en la que estuvimos durante tantos años y que obligaba al 80% de los venezolanos a sentirse excluidos, no merecedores y solamente una pieza de explotación de los grandes capitalistas de este país que llegaron a establecer una clase social a través de los privilegios que les otorgaban las grandes empresas de comunicación y publicidad para crear una cultura de amos y esclavos. Todo esto se está trascendiendo, éste es nuestro mayor logro, ¡salir de la oscuridad a través de la conciencia y el amor que genera sabernos capaces!.
El Hatillo fue uno de los lugares donde se estableció más la diferencia de clases o el ensayo de ricos y pobres. Hoy día se sabe que la relación de oposición – oficialismo es de 80 – 20, según los datos de las últimas elecciones, pero nosotros nos negamos a pensar que ese 80% al cual se refiere la estadística sean personas militantes de oposición con intereses específicos en mantener privilegios a costa de la miseria de otros. Estamos convencidos de que de ese 80%, un 70% son personas, inteligentes y hermosas, que le han tenido temor al cambio por la influencia de las grandes corporaciones que manejan la mente, pero que en estos años han podido poco a poco enfrentarse a la contradicción y ver más allá de la mentira y entender que nuestro planteamiento de cambio es lo que va a generar en ellos crecimiento en todos los aspectos.
A ese 70% les llamamos a cruzar la frontera y apostar por lo que siempre ellos han querido, ser felices, tener una familia próspera y ser ejemplo para sus hijos y sus padres a través de este proyecto de país que es la revolución Bolivariana. Es sólo cuestión de fe y por sobre todo es una toma de conciencia.
¡Conciencia. . . . . Conciencia. . .! la única forma y el único camino de transformar nuestro país.
Este 23 de Noviembre vota por un modelo, vota por y con conciencia, no por una cara, no por el egoísmo y el individualismo.
¡Salvemos a El Hatillo!
Miguel Ángel Mariño
Es necesario que se entienda que esto no es un concurso donde lo que está en juego es la belleza, el porte o la cantidad de dinero; lo que esta en juego es el modelo de país que tenemos la posibilidad de construir, por esto es necesario que se profundicen las razones por las cuales la gran mayoría decidió el cambio. Que no olvidemos de dónde venimos, cómo estábamos y entendamos que un niño de 10 años aún no es adulto, que si lo relacionamos con el crecimiento del ser humano, sólo a partir de los 20 años de vida es cuando se empieza a ver consolidación y decisiones que nos llevan a un nuevo ciclo de crecimiento interno, espiritual, así es el país. Es muy fácil, respondiendo a la cultura de 40 años de individualismo, de falsa moral, decir que las cosas no están bien, pero nosotros entramos en un cambio profundo, un cambio que con mucha decisión pretendemos que no sea de forma sino de fondo, que los principios de la felicidad no sean tener un carro de buena marca, o una camisa, o unos zapatos caros, que los principios, igual que la fe, se expandan en la alegría, en la sonrisa de comprender al otro a través de comprendernos a nosotros mismos, que ser una persona importante no radique en ser millonario, sino en ser la persona en la que todos puedan confiar y contar.
Que entendamos que el mayor logro de estos 10 años de revolución no son la cantidad de obras de infraestructura – que son muchas – ni la cantidad de dinero que se ha transferido a las comunidades a través de los consejos comunales, sino es el crecimiento de la autoestima del venezolano como cualquier persona, sea rico, pobre, intelectual o analfabeta, hoy día se sienten dignos de ser humanos, de ser venezolanos, que la gran mayoría hoy no se sienten menos que otros y que eso nos ha permitido rescatar la convivencia y combatir el miedo. El miedo de la falsa moral en la que estuvimos durante tantos años y que obligaba al 80% de los venezolanos a sentirse excluidos, no merecedores y solamente una pieza de explotación de los grandes capitalistas de este país que llegaron a establecer una clase social a través de los privilegios que les otorgaban las grandes empresas de comunicación y publicidad para crear una cultura de amos y esclavos. Todo esto se está trascendiendo, éste es nuestro mayor logro, ¡salir de la oscuridad a través de la conciencia y el amor que genera sabernos capaces!.
El Hatillo fue uno de los lugares donde se estableció más la diferencia de clases o el ensayo de ricos y pobres. Hoy día se sabe que la relación de oposición – oficialismo es de 80 – 20, según los datos de las últimas elecciones, pero nosotros nos negamos a pensar que ese 80% al cual se refiere la estadística sean personas militantes de oposición con intereses específicos en mantener privilegios a costa de la miseria de otros. Estamos convencidos de que de ese 80%, un 70% son personas, inteligentes y hermosas, que le han tenido temor al cambio por la influencia de las grandes corporaciones que manejan la mente, pero que en estos años han podido poco a poco enfrentarse a la contradicción y ver más allá de la mentira y entender que nuestro planteamiento de cambio es lo que va a generar en ellos crecimiento en todos los aspectos.
A ese 70% les llamamos a cruzar la frontera y apostar por lo que siempre ellos han querido, ser felices, tener una familia próspera y ser ejemplo para sus hijos y sus padres a través de este proyecto de país que es la revolución Bolivariana. Es sólo cuestión de fe y por sobre todo es una toma de conciencia.
¡Conciencia. . . . . Conciencia. . .! la única forma y el único camino de transformar nuestro país.
Este 23 de Noviembre vota por un modelo, vota por y con conciencia, no por una cara, no por el egoísmo y el individualismo.
¡Salvemos a El Hatillo!
Miguel Ángel Mariño
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