Según cientificos del Centro Monell, en la Universidad de Pensilvania,
el olor que emana del cuerpo genera una especie de rastro reconocible de cada individuo
el olor que emana del cuerpo genera una especie de rastro reconocible de cada individuo
Investigadores intentan dar una razón científica y dicen que un receptor olfativo y el comportamiento hereditario de un gen son claves para la conquista.
Esa conducta romántica de aferrarse a algo porque tiene el olor de la persona que se ama tiene una explicación científica. "Como la huella dactilar o el ADN, el olor corporal también proporciona un rastro reconocible de cada individuo", según Gary Beauchamp, biólogo del centro Monell, en Pensilvania (E.U.).
Un estudio de su grupo de investigación estableció que ese aroma único está determinado genéticamente, se transmite a través de los fluidos corporales (como la orina y la saliva) y permanece inalterable pese a variaciones en el ambiente o la dieta a las que esté sometida la persona.
Y ese olor juega un papel muy importante en el desarrollo de la vida social y sexual.
En Suiza, investigadores le pidieron a un grupo de estudiantes oler camisetas sin lavar de hombres desconocidos y clasificarlas según el placer que les reportaran los olores. La mayoría prefirió las que pertenecían a hombres jóvenes y sexualmente activos, descartando a los mayores o demasiado jóvenes.
Y para establecer la relación entre aroma, ovulación y atracción sexual, un grupo de hombres fue sometido a los olores de ácidos grasos presentes en las secreciones vaginales de distintas etapas del ciclo menstrual.
Científicos del Instituto Ludwing Boltzmann de Viena (Austria) encontraron que los niveles de testosterona de quienes fueron expuestos al olor de la ovulación aumentaron el doble de los que percibieron aromas de otras etapas. Además, establecieron que el olor de las mujeres que consumían píldoras anticonceptivas no es tan atractivo para los hombres como las que no.
Atracción y rechazo
En la vida marina, un estudio realizado con peces espinosos demostró que los machos que expiden olores que atraen a las hembras producen unos fragmentos de proteínas (peptidos) que los peces rechazados no producen.
Para comprobarlo, científicos de la Universidad de Cardiff (Inglaterra) y la Sociedad Max Plank produjeron un perfume sintético a partir de una mezcla de esas proteínas y lo aplicaron a los machos que no lo producían naturalmente, con lo que se volvieron 'irresistibles' para las hembras.
En los humanos, que usan hace miles de años perfumes artificiales, parece que la elección depende más de los genes que producen estos peptidos que de otras variables.
Una investigación de las universidades de Rockefeller y de Duke revela que la androstenona, un potente ingrediente del olor del cuerpo masculino, huele a orina o a vainilla según quien lo perciba.
La investigación revela por primera vez que esa variabilidad extrema en la opinión de la gente sobre esa sustancia, derivada de la testosterona, es debida en parte a las variaciones genéticas en un receptor para olor llamado oR7D4.
Los científicos identificaron en el gen que codifica ese receptor dos variantes: una que percibe el olor de la androstenona como asqueroso e intenso y otra que lo capta de forma más agradable.
Y dado que esa sustancia es utilizada por algunos mamíferos para transmitir información en el plano social y sexual, y que la capacidad para percibirlo tiene implicaciones relevantes en el comportamiento y principalmente en el proceso de selección de parejas, podríamos estar ante el olor clave en la definición de las relaciones.
¿Será esto la química del amor?
Esa conducta romántica de aferrarse a algo porque tiene el olor de la persona que se ama tiene una explicación científica. "Como la huella dactilar o el ADN, el olor corporal también proporciona un rastro reconocible de cada individuo", según Gary Beauchamp, biólogo del centro Monell, en Pensilvania (E.U.).
Un estudio de su grupo de investigación estableció que ese aroma único está determinado genéticamente, se transmite a través de los fluidos corporales (como la orina y la saliva) y permanece inalterable pese a variaciones en el ambiente o la dieta a las que esté sometida la persona.
Y ese olor juega un papel muy importante en el desarrollo de la vida social y sexual.
En Suiza, investigadores le pidieron a un grupo de estudiantes oler camisetas sin lavar de hombres desconocidos y clasificarlas según el placer que les reportaran los olores. La mayoría prefirió las que pertenecían a hombres jóvenes y sexualmente activos, descartando a los mayores o demasiado jóvenes.
Y para establecer la relación entre aroma, ovulación y atracción sexual, un grupo de hombres fue sometido a los olores de ácidos grasos presentes en las secreciones vaginales de distintas etapas del ciclo menstrual.
Científicos del Instituto Ludwing Boltzmann de Viena (Austria) encontraron que los niveles de testosterona de quienes fueron expuestos al olor de la ovulación aumentaron el doble de los que percibieron aromas de otras etapas. Además, establecieron que el olor de las mujeres que consumían píldoras anticonceptivas no es tan atractivo para los hombres como las que no.
Atracción y rechazo
En la vida marina, un estudio realizado con peces espinosos demostró que los machos que expiden olores que atraen a las hembras producen unos fragmentos de proteínas (peptidos) que los peces rechazados no producen.
Para comprobarlo, científicos de la Universidad de Cardiff (Inglaterra) y la Sociedad Max Plank produjeron un perfume sintético a partir de una mezcla de esas proteínas y lo aplicaron a los machos que no lo producían naturalmente, con lo que se volvieron 'irresistibles' para las hembras.
En los humanos, que usan hace miles de años perfumes artificiales, parece que la elección depende más de los genes que producen estos peptidos que de otras variables.
Una investigación de las universidades de Rockefeller y de Duke revela que la androstenona, un potente ingrediente del olor del cuerpo masculino, huele a orina o a vainilla según quien lo perciba.
La investigación revela por primera vez que esa variabilidad extrema en la opinión de la gente sobre esa sustancia, derivada de la testosterona, es debida en parte a las variaciones genéticas en un receptor para olor llamado oR7D4.
Los científicos identificaron en el gen que codifica ese receptor dos variantes: una que percibe el olor de la androstenona como asqueroso e intenso y otra que lo capta de forma más agradable.
Y dado que esa sustancia es utilizada por algunos mamíferos para transmitir información en el plano social y sexual, y que la capacidad para percibirlo tiene implicaciones relevantes en el comportamiento y principalmente en el proceso de selección de parejas, podríamos estar ante el olor clave en la definición de las relaciones.
¿Será esto la química del amor?
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