Julio Castro, internista, infectólogo y profesor de Medicina Tropical de la UCV
"El dengue y el paludismo se combaten con políticas públicas"
Castro: "Hay que apretar las tuercas en las estrategias de control de vectores, financiamiento de políticas de prevención y vacunación efectiva"
-¿Por qué cada año hay más casos acumulados de dengue con respecto al mismo lapso del año anterior?
Es una enfermedad que deberíamos decir que es inaceptable, porque el dengue se combate con políticas públicas. Algo no está funcionando bien: puede ser la mala disposición de las aguas, el alto índice de densidad de mosquitos en las casas, y eso puede estar vinculado con una falta de lucha sistemática contra el vector, pero también con la urbanización de zonas que antes eran boscosas.
-¿Cuál es la cuota de responsabilidad de la comunidad?
-Si hay dengue en mi urbanización, hay que limpiar los sitios donde hay agua, denunciar los casos por los canales regulares para que la municipalidad se entere. En el caso del Chagas, la fumigación no ayuda mucho, porque el chipo no es susceptible a ella. Pero si no se recoge la basura frecuentemente, detrás de la basura vienen los roedores y detrás de ellos vienen los chipos.
Hay que romper la cadena y para eso se requiere conocer la enfermedad.
-En el caso de las zonas populares, donde pasan tres meses sin recibir agua, ¿qué se puede hacer?
-Hay estrategias que ayudan. Los bidones hay que mantenerlos siempre tapados. Echarle unas gotitas de aceite comestible al agua hace que se forme una película en la parte superior que evita que las larvas eclosionen. Son estrategias simples que pueden hacer que baje la densidad del vector en las zonas populares.
-¿Por qué hay casos de leishmaniasis en la ciudad?
-Estamos viendo focos aislados, no podemos decir que hay leishmaniasis en Caracas. Pero hay un número importante de casos en Fila de Mariches, en algunas zonas de Turgua, Gavilán y áreas boscosas cercanas a El Hatillo, algunos focos en los Valles del Tuy. Son lugares que tienen entornos circunvecinos selváticos. La gente construye viviendas en zonas boscosas alejadas y ahí se pone en riesgo.
-De mantenerse esta situación, de resurgimiento de enfermedades que deberían estar controladas, ¿cuáles son las proyecciones en cinco o diez años?
-Es muy difícil saberlo. Las epidemias como la parotiditis suben, se establecen y bajan. Otras enfermedades, que no dan inmunidad definitiva, como el dengue, si no se hace nada, cada vez habrá más casos. De las prevenibles por vacuna debemos llegar a niveles de excelencia que se ubican en 90% o 95%. Si no llegamos a esos números puede venir sarampión y enfermedades mucho menos frecuentes como fiebre amarilla, difteria o polio.
El Estado tendría que analizar si necesita mayor inversión o redireccionar su política sanitaria.
"El dengue y el paludismo se combaten con políticas públicas"
Castro: "Hay que apretar las tuercas en las estrategias de control de vectores, financiamiento de políticas de prevención y vacunación efectiva"
-¿Por qué cada año hay más casos acumulados de dengue con respecto al mismo lapso del año anterior?
Es una enfermedad que deberíamos decir que es inaceptable, porque el dengue se combate con políticas públicas. Algo no está funcionando bien: puede ser la mala disposición de las aguas, el alto índice de densidad de mosquitos en las casas, y eso puede estar vinculado con una falta de lucha sistemática contra el vector, pero también con la urbanización de zonas que antes eran boscosas.
-¿Cuál es la cuota de responsabilidad de la comunidad?
-Si hay dengue en mi urbanización, hay que limpiar los sitios donde hay agua, denunciar los casos por los canales regulares para que la municipalidad se entere. En el caso del Chagas, la fumigación no ayuda mucho, porque el chipo no es susceptible a ella. Pero si no se recoge la basura frecuentemente, detrás de la basura vienen los roedores y detrás de ellos vienen los chipos.
Hay que romper la cadena y para eso se requiere conocer la enfermedad.
-En el caso de las zonas populares, donde pasan tres meses sin recibir agua, ¿qué se puede hacer?
-Hay estrategias que ayudan. Los bidones hay que mantenerlos siempre tapados. Echarle unas gotitas de aceite comestible al agua hace que se forme una película en la parte superior que evita que las larvas eclosionen. Son estrategias simples que pueden hacer que baje la densidad del vector en las zonas populares.
-¿Por qué hay casos de leishmaniasis en la ciudad?
-Estamos viendo focos aislados, no podemos decir que hay leishmaniasis en Caracas. Pero hay un número importante de casos en Fila de Mariches, en algunas zonas de Turgua, Gavilán y áreas boscosas cercanas a El Hatillo, algunos focos en los Valles del Tuy. Son lugares que tienen entornos circunvecinos selváticos. La gente construye viviendas en zonas boscosas alejadas y ahí se pone en riesgo.
-De mantenerse esta situación, de resurgimiento de enfermedades que deberían estar controladas, ¿cuáles son las proyecciones en cinco o diez años?
-Es muy difícil saberlo. Las epidemias como la parotiditis suben, se establecen y bajan. Otras enfermedades, que no dan inmunidad definitiva, como el dengue, si no se hace nada, cada vez habrá más casos. De las prevenibles por vacuna debemos llegar a niveles de excelencia que se ubican en 90% o 95%. Si no llegamos a esos números puede venir sarampión y enfermedades mucho menos frecuentes como fiebre amarilla, difteria o polio.
El Estado tendría que analizar si necesita mayor inversión o redireccionar su política sanitaria.
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