Lo asesinaron para quitarle una gorra, un celular y una cadena
A José Gregorio Plaza Clemente, de 23 años, lo mataron camino a su casa. Ninguno de sus deudos, todos reunidos frente al cadáver del muchacho, entendían qué pudo haber ocurrido, porque José Gregorio no había cambiado su rutina durante la noche del viernes y la madrugada del sábado, y no había tenido problemas con alguno de los maleantes de la zona. Las versiones eran varias.
Su madre, Carmen Clemente, hablaba con claridad y sin asombro ante aquel hecho. Aunque sus ojos denotaban un profundo dolor, no se doblegó ante su hijo tiroteado y desangrado.
Eran las 10:30 de la mañana del sábado y desde las 5:35 de la madrugada, aproximadamente, estaba José Gregorio tirado en la calle El Café de Hoyo de la Puerta, en Baruta, muerto. Un tiro que le dieron por la espalda, según dijeron algunos testigos, lo atravesó y la bala le salió por el cuello. Ese solo impacto lo tumbó y lo dejó sin vida.
Sus homicidas, según indicó Carmen, se llevaron la esclava de plata de José Gregorio, sus dos celulares, la gorra de "marca" y parte del dinero que llevaba en los bolsillos, no el de la billetera. Allí, en la cartera, su hermana Yocelys Plaza encontró BsF 200, parte de la remuneración que el viernes le pagaron por ser ayudante de albañilería en una obra en el Sisipa, en El Hatillo. Allí trabajaba, dijo su madre.
En el camino lo interceptaron. "Unos dicen que fueron los del sector Los Pinos, otro que un polibaruta. Yo la verdad no sé qué pensar. Lo único que quiero es justicia", replicó Carmen.itarle una esclava, una gorra y dos celulares.
A José Gregorio Plaza Clemente, de 23 años, lo mataron camino a su casa. Ninguno de sus deudos, todos reunidos frente al cadáver del muchacho, entendían qué pudo haber ocurrido, porque José Gregorio no había cambiado su rutina durante la noche del viernes y la madrugada del sábado, y no había tenido problemas con alguno de los maleantes de la zona. Las versiones eran varias.
Su madre, Carmen Clemente, hablaba con claridad y sin asombro ante aquel hecho. Aunque sus ojos denotaban un profundo dolor, no se doblegó ante su hijo tiroteado y desangrado.
Eran las 10:30 de la mañana del sábado y desde las 5:35 de la madrugada, aproximadamente, estaba José Gregorio tirado en la calle El Café de Hoyo de la Puerta, en Baruta, muerto. Un tiro que le dieron por la espalda, según dijeron algunos testigos, lo atravesó y la bala le salió por el cuello. Ese solo impacto lo tumbó y lo dejó sin vida.
Sus homicidas, según indicó Carmen, se llevaron la esclava de plata de José Gregorio, sus dos celulares, la gorra de "marca" y parte del dinero que llevaba en los bolsillos, no el de la billetera. Allí, en la cartera, su hermana Yocelys Plaza encontró BsF 200, parte de la remuneración que el viernes le pagaron por ser ayudante de albañilería en una obra en el Sisipa, en El Hatillo. Allí trabajaba, dijo su madre.
En el camino lo interceptaron. "Unos dicen que fueron los del sector Los Pinos, otro que un polibaruta. Yo la verdad no sé qué pensar. Lo único que quiero es justicia", replicó Carmen.itarle una esclava, una gorra y dos celulares.
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