El sector, donde viven 130 familias de clase media profesional, carece de aguas servidas y de sistema de cloacas
El centro, diseñado para 24 camas, pretende albergar a 150 personas
Todo parece indicar que el sector Caicaguana, en El Hatillo, no está apto para que allí funcione un centro de rehabilitación destinado a niños y jóvenes con problemas de adicción a las drogas.
La infraestructura, que comenzó a levantarse hace 4 años, con capital privado, hoy es un edificio de cuatro pisos, en un área de 5 mil 400 m2 que ya cuenta con piscina, jardines y caminerías.
Recientemente, el presidente Hugo Chávez anunció su intención de adquirir este inmueble, por 47 millones de bolívares fuertes, para que allí se atiendan a "150 niños, niñas y adolescentes con problemas de droga", declaró en el Aló Presidente del pasado 15 de junio.
Lo que más sorprendió a los residentes de la urbanización es que se hable de beneficiar a 150 personas, cuando originalmente la estructura fue construida con una capacidad de 24 camas.
La Dirigente Comunitaria, Carmen Ofelia García, del consejo comunal, le preocupa sobre todo la ausencia de condiciones sanitarias para que en la zona opere un centro de rehabilitación con esas características.
"Aquí no tenemos aguas blancas ni negras, tampoco sistema de cloacas", precisa García, preocupada por las consecuencias ambientales y los problemas de salud pública que podrían desencadenarse con una clínica de ese tipo operando en un sector donde el agua no llega a las tuberías, los residentes se ven obligados a adquirir hasta 6 camiones cisterna al mes.
Para tener acceso a la polémica edificación, que permanece inoperativa, es necesario atravesar una garita de vigilancia que da paso a la "urbanización" (aún no ostenta este estatus por carecer de los servicios públicos básicos) donde residen 130 familias y donde otras 40 esperan mudarse una vez que terminen de construir.
La Asociación de Vecinos de Caicaguana (Asovecaica) expone otra de las limitantes. La vialidad, conformada por calles angostas, no está apta para soportar el tráfico de vehículos que atraería el centro de rehabilitación, argumentó Eduardo Gainza, presidente de Asovecaica.
"El 100% de los vecinos está en desacuerdo con el proyecto, como se ha reflejado en las encuestas que hemos hecho. El edificio se levantó a espaldas de la urbanización", dijo Gainza.
El dueño del centro, Antonio Tavoni, no fue posible conocer su versión, por encontrarse de viaje, según alegó su asistente.
La infraestructura, que comenzó a levantarse hace 4 años, con capital privado, hoy es un edificio de cuatro pisos, en un área de 5 mil 400 m2 que ya cuenta con piscina, jardines y caminerías.
Recientemente, el presidente Hugo Chávez anunció su intención de adquirir este inmueble, por 47 millones de bolívares fuertes, para que allí se atiendan a "150 niños, niñas y adolescentes con problemas de droga", declaró en el Aló Presidente del pasado 15 de junio.
Lo que más sorprendió a los residentes de la urbanización es que se hable de beneficiar a 150 personas, cuando originalmente la estructura fue construida con una capacidad de 24 camas.
La Dirigente Comunitaria, Carmen Ofelia García, del consejo comunal, le preocupa sobre todo la ausencia de condiciones sanitarias para que en la zona opere un centro de rehabilitación con esas características.
"Aquí no tenemos aguas blancas ni negras, tampoco sistema de cloacas", precisa García, preocupada por las consecuencias ambientales y los problemas de salud pública que podrían desencadenarse con una clínica de ese tipo operando en un sector donde el agua no llega a las tuberías, los residentes se ven obligados a adquirir hasta 6 camiones cisterna al mes.
Para tener acceso a la polémica edificación, que permanece inoperativa, es necesario atravesar una garita de vigilancia que da paso a la "urbanización" (aún no ostenta este estatus por carecer de los servicios públicos básicos) donde residen 130 familias y donde otras 40 esperan mudarse una vez que terminen de construir.
La Asociación de Vecinos de Caicaguana (Asovecaica) expone otra de las limitantes. La vialidad, conformada por calles angostas, no está apta para soportar el tráfico de vehículos que atraería el centro de rehabilitación, argumentó Eduardo Gainza, presidente de Asovecaica.
"El 100% de los vecinos está en desacuerdo con el proyecto, como se ha reflejado en las encuestas que hemos hecho. El edificio se levantó a espaldas de la urbanización", dijo Gainza.
El dueño del centro, Antonio Tavoni, no fue posible conocer su versión, por encontrarse de viaje, según alegó su asistente.
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