
Esto permite observar al tumor y su infiltración periférica (Halo), mostrar su verdadero tamaño y evaluar la invasión dentro de la misma mama, a los músculos de la pared del tórax, ganglios linfáticos axilares, mamario internos, interpectorales, periclaviculares o cervicales (cuello).
Toda esta información es obtenida de manera rápida, indolora y económica, se puede realizar en todas las mamas, de cualquier paciente, sexo, edad, tamaño, con o sin prótesis, con o sin fibrosis, parcial o totalmente densas, dolorosas, traumatizadas, irradiadas, con heridas o cirugía reciente; podemos establecer criterios de localización, tamaño y extensión del tumor; certificar su benignidad o malignidad, guiando la toma de una muestra para su estudio por anatomía patológica, de forma fácil, no ionizante y económica, con la misma precisión que lo realizan otros métodos de imágenes.
Estos datos contribuyen con la ciencia médica para establecer, con facilidad, el alcance y las posibilidades del tratamiento y planificar las alternativas dentro del arsenal terapéutico disponible.
El ultrasonido revela la presencia de tumores muy pequeños, más aún, la aplicación del Doppler permite la observación en dos D (dos dimensiones), en tres D y cuatro D, de la distribución de los vasos, sus características y la de la sangre que circula por ellos, propios de los diferentes tipos de tumor, aún antes que éste sea palpable o visible.
Se ha descrito que la evaluación “Doppler color de alta sensibilidad”, es la primera modalidad de diagnóstico por imágenes en el “cáncer de mama oculto”.
Es así como los indicadores del ultrasonido que caracterizan al tumor mamario, son directos, relacionados a la observación o no del tumor, de sus características, de la configuración típica de sus vasos, de la flujometría de la sangre que circula por ellos, o de su efecto sobre otras estructuras y ligamentos cercanos a la mama afectada; todos ellos son observables, reproducibles, comprobables por ultrasonido y por anatomía patológica (biopsia); datos indirectos, como la presencia o no de microcalcificaciones son irrelevantes, aún más cuando solo 10% de los tumores se expresa con su presencia, y 90% de ellos, detectados por mamografía sin visualización tumoral no corresponde a cáncer mamario.
Si es el caso, en contraposición a la creencia general, las microcalcificaciones también son observables por ultrasonido, con o sin presencia del tumor. En lo que se refiere a la visualización del tumor, el ultrasonido no presenta el inconveniente de la atenuación de los rayos X, que ocurre debido a la interposición de la fibrosis o densidad mamaria, que genera imágenes mamográficas que podría ocultar un posible tumor.
Para que el ultrasonido sea implementado como un método eficaz y seguro en el diagnóstico del cáncer de mama, debe ser realizado con equipos de muy alta resolución, transductores adecuados, con Doppler color y espectral, operado por médicos actualizados en la patología mamaria, en los fundamentos teórico prácticos del ultrasonido diagnóstico, con exhaustivo entrenamiento en la evaluación ecográfica de la mama, y con el apoyo de un equipo capaz de realizar la toma y evaluación de muestras del tejido mamario sospechoso.
La importante presencia de esta enfermedad en la población femenina, y los altos niveles de curación, con prometedores resultados, en tumores de mama diagnosticado de forma temprana, indican la necesidad que tiene toda mujer de incluir en su evaluación anual de rutina el eco mamario, sobre todo: si se trata de una mama densa, con mamografía patológica o normal, en edades de mayor riesgo, con antecedentes familiares de tumor mamario, en mujeres con uso de estrógenos o de combinaciones de estrógenos y progestágenos durante mas de 5 años, presencia de cambios, masas o nódulos palpados por la paciente en la autoevaluación mensual de rutina, o por su médico.
Dr. Pedro M. Vegas M.
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