Mambo. Una noche de vigilia, víspera de un aniversario de natalicio del Che Guevara, mi operador de radio me acercó una cinta sugiriendo que la colocáramos al aire.
Era la Suite de las Américas de Pérez Prado. "Es uno de los temas mas emblemáticos que dedicamos en Cuba al Che". Y en verdad se trata de un tema profundo y majestuoso que se corresponde con una de esas brillantes etapas de creación de Pérez Prado, el músico que nació en Matanzas, el 11 de diciembre de 1916.
Habiendo pasado la infancia y adolescencia en su ciudad natal buscando camino en orquestas y conjuntos, Dámaso se fue a La Habana comenzando la década de los 40 y ya en 1943 era pianista de la Casino de la Playa.
El mambo daba vueltas por ese entonces como consecuencia de la búsqueda de diferentes ritmos por parte de los músicos, a fin de no perder al público bailador. Orestes e Israel López (Cachao) también buscaban nuevas sonoridades y a Orestes se le había ocurrido vincular la rumba con elementos del jazz, colocando en primer plano el sonido de los metales. El resultado fue demoledor.
El mambo anunciaba lo que iba a pasar con él. Dámaso estaba en la Casino de la Playa como sustituto de Julio Gutiérrez, y le iba bien, pero su vista larga y su genialidad musical lo llevaron a dejar la orquesta para formar un grupo propio con el cual experimentar a sus anchas. Y experimentó, pues formó una banda de cinco trompetas y un trombón de vara que iban por encima de los saxofones.
El asunto no le gustó a otros músicos que le hicieron la vida imposible, tanto que Pérez Prado, aconsejado por Kilo Mendive, se fue a México, el país que lo idolatró y lo sigue idolatrando. El cine le abrió sus puertas y los mejores instrumentistas e intérpretes estuvieron a su lado. En la lista figuran: Orlando Guerra "Cascarita", Mirtha Silva, Benny Moré, Ninón Sevilla, Pedro Vargas, Johnny Pacheco, Mongo Santamaría, Carlos Patato Valdez, Ray Barreto y Maynard Ferguson. Sería Benny Moré quien le daría la fama como "inventor del mambo" y como "Cara de foca". No se puede olvidar el famoso tema Locas por el mam bo en el que el Benny canta "Quién inventó el mambo que me sofoca/ quien inventó el mambo que a las mujeres las vuelve locas" y luego dice "Un chaparrito con cara de foca" y así se un "cantazo" en lugar de plumazo Orestes López, el real creador del ritmo, quedó a un lado por obra y gracia de un efecto mediático musical. La historia le reconoce la paternidad a López, hermano de Cachao, pero a Pérez Prado le adjudica la divulgación mundial, como en efecto fue. Dámaso Pérez Prado fue el primer latino en mantenerse durante más de 20 semanas en el primer lugar de las listas musicales en Estados Unidos gracias a Cerezo rosa.
El trabajo de Pérez Prado hizo que Igor Stravinsky lo llamara genio. Habría que apuntar también que el propio Pérez Prado consideraba que había que entrar en las profundidades clásicas para darle más altura a lo popular, y se llenaba de orgullo al interpretar a muchos clásicos en sus presentaciones. Dámaso Pérez Prado falleció el 14 de septiembre de 1989 como consecuencia de un infarto. Dejó dos hijos y miles de creaciones, unas de mayor factura que otras pero todas importantes para empalmarnos con un segmento de nuestra historia y desarrollo musical como pueblo caribeño.
Tal y como escribiera el investigador Mark Holston: "La generación más joven, para quien el nombre de Pérez Prado no significa nada, puede sentir esa influencia en la obra de artistas populares tan distintos como lo son Michael Jackson, Culture Club y Lionel Richie. Es evidente que la base rítmica que Pérez Prado y otros innovadores afrocubanos sentaron hace más de 40 años es aún un elemento muy usado, tanto en la música popular como en el jazz.
En nombre de una supuesta modernidad para algunos críticos, el legado de Pérez Prado no puede ser desdeñado ya que constituye un pilar fundamental sobre el cual reposa la música a partir de la década de los 50".
Y cómo será esta influencia que una vez dos argentinos recorriendo el continente armaron una balsa y le dieron por nombre "Mambo-Tango". Eran Ernesto Guevara de la Serna, el Che, y Alberto Granados. Quien tenga la Suite de las Américas y el Concierto para bongó ambas obras de Pérez Prado, tiene una joya en casa. Y si complementa con Cerezo rosa, el Mambo número 5 y el Mambo núme ro 8, tendrá un universo sonoro para la eternidad.
Hoy, cuando se cumplen 19 años de su muerte en México y Cuba hay eventos recordatorios. Ojalá en Venezuela también.
No hay comentarios:
Publicar un comentario