Juan Pablo I (n. Canale d'Agordo, 17 de octubre de 1912 - † Ciudad del Vaticano, 28 de septiembre de 1978) Papa de la Iglesia católica en 1978, último pontífice italiano hasta la fecha.
Juan Pablo I Albino Luciani fue el primer pontífice nacido en el siglo XX. Vio la luz en una pequeña localidad italiana llamada Canale d'Agordo, Belluno (en esa época conocida como Forno di Canale) en la familia de Giovanni Luciani y Bortola Tancon, siendo el mayor de cuatro hermanos. A los 10 años, y despues de haber vivido en la pobreza durante la Primera Guerra Mundial, su madre murió y su padre contrajo nuevas nupcias con una mujer de gran devoción; fue entonces cuando nació su vocación sacerdotal, según él declaró, gracias a la predicación de un fraile capuchino.
En 1923, ingresó en el seminario menor de la localidad de Feltre, aunque luego pasó al seminario mayor de Belluno, donde fue ordenado en 1935.
Tras su ordenación se trasladó a Roma, donde cursó sus estudios teológicos en la universidad Gregoriana. Al terminar los estudios regresó a su localidad natal; allí comenzó su labor pastoral como párroco de Forno di Canale y de Agordo, lo que compatibilizó con una función docente en el Tecnológico Minero.
Antes de convertirse en el "Papa de la sonrisa" (como sería conocido), ocupó importantes cargos y distinciones: Vicerrector del seminario de Belluno, fue nombrado doctor en teología por la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma en 1947 y Vicario General de Belluno (diócesis a cargo de la cual estuvo 11 años) en 1954; En 1958, Juan XXIII lo consagra como obispo de Vittorio Veneto y el 15 de diciembre de 1969 fue nombrado Patriarca de Venecia, penúltimo paso antes de su elección como Sumo Pontífice al que intermediaría su consagración como cardenal el 5 de marzo de 1973.
El breve Papa de la sonrisa
Fue elegido como el 263º Papa de la Iglesia Católica, el 26 de agosto de 1978. Fue el primer Papa con dos nombres, gesto con el que pretendía honrar a sus dos predecesores: Juan XXIII y Pablo VI.
Su elección se produjo en la tercera votación de un cónclave inusualmente breve, el más corto del siglo XX.[1] Juan Pablo I eligió como lema de su papado la expresión latina Humilitas (humildad), lo que se reflejó en su polémico rechazo de la coronación y de la Tiara papal en la ceremonia de entronización, en contra de lo prescrito por la Constitución Apostólica de Pablo VI.
Como Papa, Juan Pablo I estableció un ambiente de optimismo y reformas, que nunca llegaría a avanzar más allá de las propuestas. Murió, según las fuentes oficiales de un infarto, 33 días después, el 28 de septiembre de 1978, siendo el cuarto pontificado más breve de la historia.
Polémica y teorías conspirativas en torno a su muerte.
El Vaticano afirma que Juan Pablo I falleció de un infarto en su cama, y que no se llevó a cabo autopsia alguna por la oposición de sus familiares. Algunos aspectos de esta declaración oficial, sin embargo, se vieron contradichos más tarde: no fue el (posteriormente Obispo) irlandés John Magee, que fuera secretario personal de Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II, la primera persona en hallar el cadáver del Pontífice, sino una de las religiosas que se encargaban del trabajo doméstico, como se supo en 1988.
Igualmente, la familia del fallecido Papa reveló en 1991 que la muerte no le sobrevino en la cama, sino en su escritorio. Estas incoherencias oficiales, junto a otros factores de índole económica, han dado origen a teorías conspirativas que apuntan a un envenenamiento del Pontífice.
Juan Pablo I pretendía abundar en las reformas iniciadas por Juan XXIII. La clarificación de las cuentas vaticanas era una de sus prioridades. Mientras fue Patriarca de Venecia, en 1972, la Banca Vaticana vendió al Banco Ambrosiano (Propiedad de Roberto Calvi) la Banca Cattolica del Veneto, sin consultar al obispado metropolitano de Venecia, del cual monseñor Albino Luciani era jerarca. El responsable de esta acción fue el arzobispo Marcinkus, lo cual llevo a ciertas desavenencias entre Luciani (aún no nombrado Papa), y el norteamericano responsable de la dudosa administración Vaticana de entonces.
La Banca Cattolica de Veneto estaba especializada en préstamos con bajos tipos de interés hacia los más necesitados; quizá por esto el Papa Luciani toma cartas en el asunto. Benelli, sustituto del Secretario de Estado Vaticano le cuenta que existe un un plan entre Roberto Calvi, Michele Sindona y Marcinkus para aprovechar el amplio margen de maniobra que tiene el Vaticano: “evasión de impuestos, movimiento legal de acciones”. La reacción de Luciani, recogida en el libro “Con el corazón puesto en Dios: intuiciones proféticas de Juan Pablo I”, es de una enorme decepción.
Existe una trama que implica la logia masónica P2, la mafia italiana, y la banca vaticana. El 9 de mayo de ese mismo año de la muerte de Juan Pablo I 1978, había sido asesinado el Primer Ministro de la República Italiana, Aldo Moro, lider del Partido Demócrata Cristiano. Las extrañas circunstancias del deceso de Albino Luciani (un ataque cardíaco, para alguien que gozaba de buena salud), y otros sucesos misteriosos, como que la defunción no fuese certificada por el forense vaticano, sino por otro, y lo precipitado de su embalsamamiento, dispararon la teoría de que en realidad Juan Pablo I, fue asesinado. La doble confesión de la monja, Sor Vicenza, que encontró el cadáver del pontífice (en una primera versión: vestido aún, en su baño, posiblemente en el piso, donde vomitó; y la otra: en su cama, con documentos desordenados y las gafas caídas de su rostro, ya despojado del habito papal) inducen a pensar que fue envenenado.
Existen numerosas obras de investigación que abundan en la teoría del envenenamiento, por ejemplo un libro del sacerdote español Jesús López, y otro del investigador David Yallop ("En el nombre de Dios", 1984).
Juan Pablo I Albino Luciani fue el primer pontífice nacido en el siglo XX. Vio la luz en una pequeña localidad italiana llamada Canale d'Agordo, Belluno (en esa época conocida como Forno di Canale) en la familia de Giovanni Luciani y Bortola Tancon, siendo el mayor de cuatro hermanos. A los 10 años, y despues de haber vivido en la pobreza durante la Primera Guerra Mundial, su madre murió y su padre contrajo nuevas nupcias con una mujer de gran devoción; fue entonces cuando nació su vocación sacerdotal, según él declaró, gracias a la predicación de un fraile capuchino.
En 1923, ingresó en el seminario menor de la localidad de Feltre, aunque luego pasó al seminario mayor de Belluno, donde fue ordenado en 1935.
Tras su ordenación se trasladó a Roma, donde cursó sus estudios teológicos en la universidad Gregoriana. Al terminar los estudios regresó a su localidad natal; allí comenzó su labor pastoral como párroco de Forno di Canale y de Agordo, lo que compatibilizó con una función docente en el Tecnológico Minero.
Antes de convertirse en el "Papa de la sonrisa" (como sería conocido), ocupó importantes cargos y distinciones: Vicerrector del seminario de Belluno, fue nombrado doctor en teología por la Universidad Pontificia Gregoriana de Roma en 1947 y Vicario General de Belluno (diócesis a cargo de la cual estuvo 11 años) en 1954; En 1958, Juan XXIII lo consagra como obispo de Vittorio Veneto y el 15 de diciembre de 1969 fue nombrado Patriarca de Venecia, penúltimo paso antes de su elección como Sumo Pontífice al que intermediaría su consagración como cardenal el 5 de marzo de 1973.
El breve Papa de la sonrisa
Fue elegido como el 263º Papa de la Iglesia Católica, el 26 de agosto de 1978. Fue el primer Papa con dos nombres, gesto con el que pretendía honrar a sus dos predecesores: Juan XXIII y Pablo VI.
Su elección se produjo en la tercera votación de un cónclave inusualmente breve, el más corto del siglo XX.[1] Juan Pablo I eligió como lema de su papado la expresión latina Humilitas (humildad), lo que se reflejó en su polémico rechazo de la coronación y de la Tiara papal en la ceremonia de entronización, en contra de lo prescrito por la Constitución Apostólica de Pablo VI.
Como Papa, Juan Pablo I estableció un ambiente de optimismo y reformas, que nunca llegaría a avanzar más allá de las propuestas. Murió, según las fuentes oficiales de un infarto, 33 días después, el 28 de septiembre de 1978, siendo el cuarto pontificado más breve de la historia.
Polémica y teorías conspirativas en torno a su muerte.
El Vaticano afirma que Juan Pablo I falleció de un infarto en su cama, y que no se llevó a cabo autopsia alguna por la oposición de sus familiares. Algunos aspectos de esta declaración oficial, sin embargo, se vieron contradichos más tarde: no fue el (posteriormente Obispo) irlandés John Magee, que fuera secretario personal de Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II, la primera persona en hallar el cadáver del Pontífice, sino una de las religiosas que se encargaban del trabajo doméstico, como se supo en 1988.
Igualmente, la familia del fallecido Papa reveló en 1991 que la muerte no le sobrevino en la cama, sino en su escritorio. Estas incoherencias oficiales, junto a otros factores de índole económica, han dado origen a teorías conspirativas que apuntan a un envenenamiento del Pontífice.
Juan Pablo I pretendía abundar en las reformas iniciadas por Juan XXIII. La clarificación de las cuentas vaticanas era una de sus prioridades. Mientras fue Patriarca de Venecia, en 1972, la Banca Vaticana vendió al Banco Ambrosiano (Propiedad de Roberto Calvi) la Banca Cattolica del Veneto, sin consultar al obispado metropolitano de Venecia, del cual monseñor Albino Luciani era jerarca. El responsable de esta acción fue el arzobispo Marcinkus, lo cual llevo a ciertas desavenencias entre Luciani (aún no nombrado Papa), y el norteamericano responsable de la dudosa administración Vaticana de entonces.
La Banca Cattolica de Veneto estaba especializada en préstamos con bajos tipos de interés hacia los más necesitados; quizá por esto el Papa Luciani toma cartas en el asunto. Benelli, sustituto del Secretario de Estado Vaticano le cuenta que existe un un plan entre Roberto Calvi, Michele Sindona y Marcinkus para aprovechar el amplio margen de maniobra que tiene el Vaticano: “evasión de impuestos, movimiento legal de acciones”. La reacción de Luciani, recogida en el libro “Con el corazón puesto en Dios: intuiciones proféticas de Juan Pablo I”, es de una enorme decepción.
Existe una trama que implica la logia masónica P2, la mafia italiana, y la banca vaticana. El 9 de mayo de ese mismo año de la muerte de Juan Pablo I 1978, había sido asesinado el Primer Ministro de la República Italiana, Aldo Moro, lider del Partido Demócrata Cristiano. Las extrañas circunstancias del deceso de Albino Luciani (un ataque cardíaco, para alguien que gozaba de buena salud), y otros sucesos misteriosos, como que la defunción no fuese certificada por el forense vaticano, sino por otro, y lo precipitado de su embalsamamiento, dispararon la teoría de que en realidad Juan Pablo I, fue asesinado. La doble confesión de la monja, Sor Vicenza, que encontró el cadáver del pontífice (en una primera versión: vestido aún, en su baño, posiblemente en el piso, donde vomitó; y la otra: en su cama, con documentos desordenados y las gafas caídas de su rostro, ya despojado del habito papal) inducen a pensar que fue envenenado.
Existen numerosas obras de investigación que abundan en la teoría del envenenamiento, por ejemplo un libro del sacerdote español Jesús López, y otro del investigador David Yallop ("En el nombre de Dios", 1984).
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