Investigadores italianos encontraron una nueva forma de detectar el cáncer cervicouterino, que es más precisa que el Papanicolau y además de identificar otras lesiones peligrosas, según un estudio difundido este martes.
Los científicos emplearon la prueba tradicional para detectar el virus del papiloma humano (VPH), que causa el cáncer de cuello de útero, y la combinaron con otra que señalaba la presencia de actividad celular específica que produce la enfermedad, explicó Guglielmo Ronco, epidemiólogo experto del Centro para la Prevención del Cáncer en Turín, quien dirigió el estudio.
Un simple examen de la proteína llamada P16INK4A brindó un bioindicador que muestra cambios celulares que señalan si una mujer tiene lesiones precancerosas, informaron Ronco y sus colegas en la revista médica Lancet Oncology.
“El indicador muestra que hubo cierto trastorno producido por el virus del papiloma humano”, dijo Ronco. “Sólo una minoría de las mujeres que tienen el VPH desarrolla cáncer. El desafío es encontrar quiénes corren mayor riesgo”, añadió el autor.
El cáncer de cuello de útero es el segundo tipo tumoral más común en las mujeres. Cada año, alrededor de 500 mil son diagnosticadas con la enfermedad y cerca de 300 mil mueren a consecuencia de ello, principalmente en los países en desarrollo.
Cada vez más países adoptan los exámenes de control, pero el problema es que el Papanicolau produce demasiados positivos falsos; es decir, detecta que una mujer presenta cambios posiblemente cancerosos o precancerosos cuando en verdad no es así.
La prueba del VPH observa al virus, mientras que en el Papanicolau los médicos toman células del cuello del útero y las examinan en el microscopio en busca de anormalidades, que puedan indicar la presencia de lesiones precancerosas.
“La mayoría de las infecciones con VPH se retiran sin causar enfermedad”, dijo Ronco. “Desaparecen espontáneamente, motivo por el cual hay tantos positivos falsos”, añadió el autor.
El equipo de investigadores recolectó muestras celulares del cuello del útero de mujeres que habían dado resultados positivos, la mayoría se habían sometido a una colonoscopia, examen meticuloso del cérvix o cuello del útero.
Luego, los expertos realizaron las pruebas de la proteína P16INK4A en más de mil 100 mujeres y hallaron que ayudó a identificar 88 por ciento de las pacientes que tenían lesiones causantes de cáncer con muchos menos positivos falsos.
La proteína es más activa en las células del cáncer cervicouterino. La prueba más minuciosa también detectó 50 por ciento más lesiones peligrosas que el Papanicolau e hizo que menos mujeres tuvieran que ser exploradas mediante la colonoscopia, finalizó el autor.
Los científicos emplearon la prueba tradicional para detectar el virus del papiloma humano (VPH), que causa el cáncer de cuello de útero, y la combinaron con otra que señalaba la presencia de actividad celular específica que produce la enfermedad, explicó Guglielmo Ronco, epidemiólogo experto del Centro para la Prevención del Cáncer en Turín, quien dirigió el estudio.
Un simple examen de la proteína llamada P16INK4A brindó un bioindicador que muestra cambios celulares que señalan si una mujer tiene lesiones precancerosas, informaron Ronco y sus colegas en la revista médica Lancet Oncology.
“El indicador muestra que hubo cierto trastorno producido por el virus del papiloma humano”, dijo Ronco. “Sólo una minoría de las mujeres que tienen el VPH desarrolla cáncer. El desafío es encontrar quiénes corren mayor riesgo”, añadió el autor.
El cáncer de cuello de útero es el segundo tipo tumoral más común en las mujeres. Cada año, alrededor de 500 mil son diagnosticadas con la enfermedad y cerca de 300 mil mueren a consecuencia de ello, principalmente en los países en desarrollo.
Cada vez más países adoptan los exámenes de control, pero el problema es que el Papanicolau produce demasiados positivos falsos; es decir, detecta que una mujer presenta cambios posiblemente cancerosos o precancerosos cuando en verdad no es así.
La prueba del VPH observa al virus, mientras que en el Papanicolau los médicos toman células del cuello del útero y las examinan en el microscopio en busca de anormalidades, que puedan indicar la presencia de lesiones precancerosas.
“La mayoría de las infecciones con VPH se retiran sin causar enfermedad”, dijo Ronco. “Desaparecen espontáneamente, motivo por el cual hay tantos positivos falsos”, añadió el autor.
El equipo de investigadores recolectó muestras celulares del cuello del útero de mujeres que habían dado resultados positivos, la mayoría se habían sometido a una colonoscopia, examen meticuloso del cérvix o cuello del útero.
Luego, los expertos realizaron las pruebas de la proteína P16INK4A en más de mil 100 mujeres y hallaron que ayudó a identificar 88 por ciento de las pacientes que tenían lesiones causantes de cáncer con muchos menos positivos falsos.
La proteína es más activa en las células del cáncer cervicouterino. La prueba más minuciosa también detectó 50 por ciento más lesiones peligrosas que el Papanicolau e hizo que menos mujeres tuvieran que ser exploradas mediante la colonoscopia, finalizó el autor.
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