Víctima de serpiente se había impuesto el "reto" de domesticarla
Erick Arrieta no tenía permiso del terrario para manipular a los animales que cuidaba
BRIAMEL GONZÁLEZ ZAMBRANO
"A esa bicha la domino yo, ya van a ver". En reiteradas ocasiones soltó el comentario entre sus compañeros de trabajo, Erick Arrieta para referirse a la culebra Pitón reticulada que acabó con su vida, asfixiándolo el sábado pasado en el terrario del Parque del Este.
El joven de 29 años era originario de Santa Bárbara del Zulia y estudiante de los últimos semestres de Biología en la Universidad de Los Andes. Se quedaba en el terrario cada temporada vacacional, desde 1999, para trabajar tomando fotografías a los visitantes con las especies que hay en exhibición.
Con el dinero que ganaba pagaba parte de sus estudios y de su vida en Mérida. Sus compañeros lo recuerdan como alguien dicharachero y sano. "Incluso se venía en navidad y un 31 de diciembre lo vine a buscar para llevarlo a mi casa y que no recibiera el año nuevo entre culebras", comentó un allegado.
Según Saúl Gutiérrez, director del serpentario, Arrieta no tenía autorización para el manejo de animales, menos sin las herramientas adecuadas.
La información que manejan los cuerpos policiales, de acuerdo a la declaración de los testigos que hallaron a la víctima el sábado pasado, es que la culebra se estaba comiendo al joven estudiante, quien además se encontraba desnudo y presentaba una mordida en el brazo.
El cuerpo fue trasladado el domingo al Zulia, luego de que los organismos de investigación le practicaran las pruebas forenses. Saúl Gutiérrez, director del zoocriadero Ecopets -concesionaria del serpentario-, relató que Arrieta "era como un hijo para él" y que su muerte se debe a una imprudencia. "No medía los riesgos. Los comentarios de querer amansar a los animales los hacía a mis espaldas, porque sabía que no tolero eso. Era alegre y con mucha voluntad de trabajo, pero con esa ambición por los actos extremos tan cultivada en los últimos tiempos".
Gutiérrez, biólogo de profesión, describe a la Pitón reticulada como un ejemplar muy agresivo, que tenían en custodia desde mayo cuando el Instituto Nacional de Parques se las entregó, luego de que unos usuarios de El Ávila la encontraran.
La pitón, de casi 4 metros de longitud y 30 kilos de peso, se encontraba ayer entre la fosa de la Tigra Mariposa y la Tortuga Arrau. El día del suceso presentó manchas de sangre en la boca y algunas excoriaciones.
Gutiérrez maneja una versión diferente de los hechos. "Me dijeron que estaba jugando con la computadora y dijo que se iría a bañar, pero en realidad se fue hasta el nicho de la pitón. Eso fue a la medianoche, cuando el animal está más activo porque son cazadores nocturnos. Abrió la fosa sin ninguna herramienta.
Erick Arrieta no tenía permiso del terrario para manipular a los animales que cuidaba
BRIAMEL GONZÁLEZ ZAMBRANO
"A esa bicha la domino yo, ya van a ver". En reiteradas ocasiones soltó el comentario entre sus compañeros de trabajo, Erick Arrieta para referirse a la culebra Pitón reticulada que acabó con su vida, asfixiándolo el sábado pasado en el terrario del Parque del Este.
El joven de 29 años era originario de Santa Bárbara del Zulia y estudiante de los últimos semestres de Biología en la Universidad de Los Andes. Se quedaba en el terrario cada temporada vacacional, desde 1999, para trabajar tomando fotografías a los visitantes con las especies que hay en exhibición.
Con el dinero que ganaba pagaba parte de sus estudios y de su vida en Mérida. Sus compañeros lo recuerdan como alguien dicharachero y sano. "Incluso se venía en navidad y un 31 de diciembre lo vine a buscar para llevarlo a mi casa y que no recibiera el año nuevo entre culebras", comentó un allegado.
Según Saúl Gutiérrez, director del serpentario, Arrieta no tenía autorización para el manejo de animales, menos sin las herramientas adecuadas.
La información que manejan los cuerpos policiales, de acuerdo a la declaración de los testigos que hallaron a la víctima el sábado pasado, es que la culebra se estaba comiendo al joven estudiante, quien además se encontraba desnudo y presentaba una mordida en el brazo.
El cuerpo fue trasladado el domingo al Zulia, luego de que los organismos de investigación le practicaran las pruebas forenses. Saúl Gutiérrez, director del zoocriadero Ecopets -concesionaria del serpentario-, relató que Arrieta "era como un hijo para él" y que su muerte se debe a una imprudencia. "No medía los riesgos. Los comentarios de querer amansar a los animales los hacía a mis espaldas, porque sabía que no tolero eso. Era alegre y con mucha voluntad de trabajo, pero con esa ambición por los actos extremos tan cultivada en los últimos tiempos".
Gutiérrez, biólogo de profesión, describe a la Pitón reticulada como un ejemplar muy agresivo, que tenían en custodia desde mayo cuando el Instituto Nacional de Parques se las entregó, luego de que unos usuarios de El Ávila la encontraran.
La pitón, de casi 4 metros de longitud y 30 kilos de peso, se encontraba ayer entre la fosa de la Tigra Mariposa y la Tortuga Arrau. El día del suceso presentó manchas de sangre en la boca y algunas excoriaciones.
Gutiérrez maneja una versión diferente de los hechos. "Me dijeron que estaba jugando con la computadora y dijo que se iría a bañar, pero en realidad se fue hasta el nicho de la pitón. Eso fue a la medianoche, cuando el animal está más activo porque son cazadores nocturnos. Abrió la fosa sin ninguna herramienta.
La culebra tiene sensores de calor en su boca, lo primero que hizo fue morderlo y ya luego lo asfixió". Según Gutiérrez, el joven fue hallado vestido con pantalón corto y la culebra estaba en otro pasillo cerca de las jaulas de los roedores.
María Muñoz, experta en anacondas de Provita, consideró improbable que el animal tuviera intenciones de comerse a la víctima porque sus fauces no tienen capacidad para tragarlo.
Mientras tanto, el terrario del parque del Este, cerrado tras los hechos, abrirá nuevamente sus puertas al público hoy.
María Muñoz, experta en anacondas de Provita, consideró improbable que el animal tuviera intenciones de comerse a la víctima porque sus fauces no tienen capacidad para tragarlo.
Mientras tanto, el terrario del parque del Este, cerrado tras los hechos, abrirá nuevamente sus puertas al público hoy.
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