El placer que provoca destruir los ambientes naturales en este planeta, pareciera tener en los seres humanos profundas raíces genéticas que se remontan a la era prediluviana.
En estos tiempos, con cultura del ocio, voracidad mercantilista, y satisfacción consumista, algunos estratos sociales con disponibilidad económica, financiados por marcas comerciales, y mucho tiempo libre, aparecen en entrevistas y documentales en la televisión privada y a veces en la pública, en Internet, revistas especializadas, y programas radiales, como los nuevos héroes que cabalgando máquinas rusticas, vencen la naturaleza salvaje e indómita, con amplias sonrisas y blancos rostros salpicados por el barro, son los nuevos conquistadores de la salvaje selva y ríos profundos, llenando de admiración a los nativos.
No importa cuanta naturaleza se destruya, cuantos animales mueran. Espacios naturales que tardaron miles de años en construirse se destruyen en horas.
Que importa, que viva la depredación, acabemos con todo, para poder sustituirlos por obra limpia, cristales ámbar, ambientes controlados con aire acondicionado, donde nuestros hijos con miles de vacunas desde el vientre de la madre en sus cuerpos, sean inmunizados a las enfermedades y no toquen la inmunda tierra llena de microbios y bacterias.
Que viva el consumismo.
En estos tiempos, con cultura del ocio, voracidad mercantilista, y satisfacción consumista, algunos estratos sociales con disponibilidad económica, financiados por marcas comerciales, y mucho tiempo libre, aparecen en entrevistas y documentales en la televisión privada y a veces en la pública, en Internet, revistas especializadas, y programas radiales, como los nuevos héroes que cabalgando máquinas rusticas, vencen la naturaleza salvaje e indómita, con amplias sonrisas y blancos rostros salpicados por el barro, son los nuevos conquistadores de la salvaje selva y ríos profundos, llenando de admiración a los nativos.
No importa cuanta naturaleza se destruya, cuantos animales mueran. Espacios naturales que tardaron miles de años en construirse se destruyen en horas.
Que importa, que viva la depredación, acabemos con todo, para poder sustituirlos por obra limpia, cristales ámbar, ambientes controlados con aire acondicionado, donde nuestros hijos con miles de vacunas desde el vientre de la madre en sus cuerpos, sean inmunizados a las enfermedades y no toquen la inmunda tierra llena de microbios y bacterias.
Que viva el consumismo.
Que vivan las marcas comerciales.
Un Hurra grandísimo por los vehículos rústicos y sus heroicos pilotos
Marino Marquez
1 comentario:
Señores sean responsables al momento de realizar denuncias por favor. Las fotos mostradas en este reportaje no son fotos de vehiculos participantes en competencias de FunRace 4x4 Venezuela. Segun la identificacion de la foto, estos vehiculos compiten en las pruebas de una tal organizacion AWA 4x4. El evento FunRace, sus normas y su organizacion son dispuestas a fin de colaborar en pro del medio ambiente y enaltecer las bellezas naturales del pais, muy por el contrario de hacer daño al medio ambiente. Invito al creador de este Blog que aprovecho para comentar que es bastante interesante, que visite la pagina de la organizacion FunRace y observe las acciones proambientales que se ejecutan con cada valida y las organizaciones que apoya en pro de las comunidades mas necesitadas. Si existen organizaciones que realizan este tipo de pruebas en rusticos que maltratan el medio ambiente, pero les aseguro que no es el caso de FunRace 4x4. Saludos y felicitaciones por este Blog tan interesante.
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