martes, 18 de agosto de 2009

LOS MEDIOS DE LA DERECHA, SIEMPRE GRITAN MAS FUERTE Y GOLPEAN MAS DURO...

LOS MEDIOS DE LA DERECHA, SIEMPRE GRITAN MAS FUERTE Y
GOLPEAN MAS DURO… A PROPÓSITO DE “UN TRABAJO MUY PLANIFICADO”

Vemos con rabia e indignación, impotencia y hasta a… como, una vez mas, los súper periodistas caraqueños, esta vez los de la cadena Capriles lloran y todos los medios de comunicación, van directo a atender el llanto de los niños malcriados. Varios de nuestros compañeros, Gabriel Jesús Uzcátegui (detenido), Carlos Andrés Pérez, y especialmente la camarada Llafrancis Colina, La Negra, son abiertamente atacados y perseguidos por las putrefactas cadenas privadas, investigados por el Cicpc y nada pasa, pues lo importante, al parecer, fue que unos chavistas, “agredieron” a unos periodistas de la Cadena Capriles.
Compañeros, no pretendemos apoyar acciones de violencia, pero lo que es bueno para el pavo es bueno para la pava, ¿¿¿donde está la investigación que se debe hacer a quienes estaban en las puertas del Edificio Phelps cuando ocurrió el enfrentamiento entre dos grupos políticos?? ¿¿¿O es que nos chupamos el dedo???
Mientras los camaradas de la Escuela son blanco de todas las miras de la derecha y de los están del otro lado (es decir de éste), las “victimas” están subiendo el raiting. No fueron periodistas inocentes los que estaban en la sede de Ávila TV y de La Escuela Bolivariana de Poder Popular entregando volantes, era un grupo político de la derecha opositora venezolana y eso necesariamente obliga a que hagamos una lectura distinta de los hechos; o por lo menos veamos las dos caras de la moneda.
“UN TRABAJO MUY PLANIFICADO” dice la columna del Ultimas Noticias del Domingo, para reseñar que hubo agresión a reporteros en la que estuvieron involucrados “personajes políticos” claro que hay un trabajo planificado, muy bien planificado, si no ¿¿¿qué hacían a las puestas del Edif. Phelps esos activistas políticos de oposición, perdón, esos periodistas??? O es que en los análisis del caso no hay posibilidad de reseñar que la concentración era en la Asamblea Nacional donde muchos de nosotros estábamos escuchando el debate que daban los diputados en torno a la hoy promulgada Ley de Educación, o es que tampoco cabe en la investigación reseñar que la oposición no tenía permiso para llegar a la Asamblea y en una actitud irreverente y de evidente provocación estaban allí, unos, y en la Av Urdaneta los otros.
Quienes hemos trabajado, desde hace años, en todas las coyunturas políticas con los camaradas de La Escuela Bolivariana de Poder Popular, sabemos quiénes son y el valioso trabajo que hacen los compañeros que hoy, los podridos medios privados y poco críticos medios alternativos se empeñan en señalar. Quienes firmamos este comunicado únicamente pretendemos que se vea la película desde el otro lente porque ya está bueno que siempre el único lente que mueva “La Sociedad del Espectáculo” sea el lente de la derecha, comencemos a cuestionar la unidireccionalidad de la pseudo información que nos presentan, hagamos investigación seria, verdadera, antes de someter al escarnio público a camaradas que dan la vida por este proceso revolucionario y que a la hora de verdad son quienes lejos de cargos y reconocimientos públicos, mediáticos, le echan un camión para que esta revolución camine.
Larissa Slibe (Profesora UBV)
Cesar Trompiz (Estudiante UBV, miembro de la REUNA)
Eduardo Febres Cordero (Miembro de la JPSUV Caracas)

1 comentario:

ANMCLA dijo...

Comunicado ANMCLA: Contra la criminalización de la comunicación popular, nos resteamos con los defensores de la Revolución

Completo en:
http://www.medioscomunitarios.org/pag/index.php?id=33&idn=11661

Ante los hechos del 13 de agosto en Caracas

Asociación Nacional de Medios Comunitarios, Libres y Alternativos

Caracas, 18 de agosto de 2009

Objetivo: la criminalización de la comunicación popular

Desde el comienzo del proceso constituyente bolivariano, la derecha y el imperio han planificado y orquestado innumerables operaciones de violencia encubierta y abierta para provocar reacciones de defensa del proceso de cambios por parte de sectores revolucionarios y promover el desgaste del gobierno y el proceso bolivarianos. Los objetivos de estas operaciones, orientadas a asegurar la criminalización de activistas y organizaciones populares y la división del campo revolucionario, habrían sido completamente infructuosos sin la participación decisiva de las empresas de comunicación opositoras como actores principales de la estrategia.

Mediante la activación de las tácticas de la mentira mediática, los medios han construido una y otra vez una versión virtual de los conflictos, para asegurar el linchamiento mediático de los y las defensores de la revolución. Para ello, han contado con la participación comprometida de activistas políticos a su servicio, quienes cumplen su papel de instigadores de la violencia y voceros de la mentira, bajo la mascarada de un carné de periodista.

Este patrón de actuación se vuelve a repetir en este caso, diseñado para garantizar la criminalización de los comunicadores populares de Avila Tv, que vienen respondiendo con coraje y efectividad creciente a las agresiones mediáticas de los medios contrarrevolucionarios y desenmascarando las conspiraciones de la ultraderecha.

Una operación cuidadosamente diseñada para provocar un clima de violencia en la ciudad, bajo el pretexto de la protesta pacífica, culmina en una provocación intencionada frente al Edificio Phelps de la Avda. Urdaneta, donde opera la televisora. La operación deriva en escenas de provocación y enfrentamiento, bajo el señuelo de una volanteada supuestamente pacífica, no casualmente protagonizada por “periodistas”.

La adecuada manipulación de las imágenes y el escándalo mediático inmediato asegura la intensidad del golpe: comunicadores y comunicadoras de Avila Tv y otros activistas del proceso son exhaustivamente señalados por los medios de la derecha como agresores unilaterales, mientras que los instigadores y agresores primarios desaparecen de la cobertura. En primer plano, emergen las “víctimas inocentes”, bajo la escandalosa etiqueta de “periodistas agredidos” – a pesar de que se encontraban realizando actividades de proselitismo político contrarrevolucionario, y sirviendo, en última instancia, de señuelos para la mentira mediática. [SIGUE]