José Gregorio Hernández: Integrador de la fe y la ciencia al servicio del pueblo
Este domingo se cumple un aniversario más de su natalicio
"En el corredor de su casa tenía una bandeja sobre una mesita para que los pacientes, después de la consulta, depositaran ahí lo que podían pagar, y si alguien necesitaba algun dinero también podía tomar de ahí alguna ayuda sin que nadie se enterara."
Este domingo se cumple un aniversario más de su natalicio
"En el corredor de su casa tenía una bandeja sobre una mesita para que los pacientes, después de la consulta, depositaran ahí lo que podían pagar, y si alguien necesitaba algun dinero también podía tomar de ahí alguna ayuda sin que nadie se enterara."
Concejo de Libertador declara patrimonio cultural obra de Dr. José Gregorio Hernández
El presidente de la Comisión Permanente de Cultura, Patrimonio Histórico y Medios Alternativos del Concejo de Libertador, Simón Pereira, indicó que, mediante decreto municipal, la cámara municipal también otorgó el nombre de José Gregorio Hernández a la calle, conocida como oeste 9 en La Pastora, en la cual falleció hace 89 años este médico humanista, que ha sido elevado a los altares por el pueblo venezolano.
Como parte de la conmemoración de 119 aniversario del nacimiento del doctor José Gregorio Hernández, el Concejo de Libertador declaró patrimonio histórico cultural de este municipio la obra científica y religiosa de este venerable venezolano, mediante decreto municipal de fecha 21 de octubre de 2008.
El presidente de la Comisión Permanente de Cultura, Patrimonio Histórico y Medios Alternativos del Concejo de Libertador, Simón Pereira, indicó que, mediante decreto municipal de la misma fecha, la cámara municipal también otorgó el nombre de José Gregorio Hernández a la calle, conocida como oeste 9, en la cual falleció hace 89 años este médico humanista, que ha sido elevado a los altares por el pueblo venezolano. Especificó que esta calle comprende desde la esquina El Cuño hasta la esquina El Carmen, de la parroquia La Pastora, municipio Libertador.
Durante la sesión especial que se realizó en la Plaza de La Pastora para anunciar a las comunidades pastoreñas estos decretos en homenaje al Dr. José Gregorio Hernández, el concejal Pereira también anunció que la cámara de Libertador develará una lápida de mármol en la esquina de Amadores, lugar en el que quedó el cuerpo del venerable médico trujillano, quién nació el 26 de octubre de 1864 en la población de Isnotú, de ese estado andino
Devoción a José Gregorio Hernández
La población venezolana es especialmente devota al doctor Hernández, a quien reza diversas oraciones y le pide favores como trabajos, amor o la cura de enfermedades.
Por sus acciones, el pueblo venezolano siempre ha venerado al doctor José Gregorio, pidiéndole favores y atribuyéndole milagros, hecho por el cual la iglesia católica venezolana inició en 1949 el proceso de beatificación y canonización por parte del arzobispo de Caracas, monseñor Lucas Guillermo de Castillo, ante el Vaticano. Luego de iniciado el proceso, y completados los primeros casos, el doctor José Gregorio es nombrado Venerable por parte del papa Juan Pablo II, el 16 de enero de 1986 y se inició el próximo paso que lo llevaría a la beatificación. La beatificación de Hernández es actualmente una meta que espera alcanzar parte de los feligreses católicos, así como la iglesia católica venezolana, por lo cual, en diversas partes del país se elevan oraciones para pedir por el pronto nombramiento de José Gregorio
El venerado doctor José Gregorio Hernández, médico egresado de la universidad Central de Venezuela, bacteriólogo de la Universidad de París y hombre vinculado a la espiritualidad fue un pionero que supo integrar la fe y la ciencia para servirle a los más humildes, sin avidez por el dinero y los bienes de fortuna.
En estos tiempos "pionero de la Misión Barrio Adentro, de todo ese ejército de médicos que trabajan con abnegación y entrega para atender a los más humildes o más pobres, para hacer llegar la medicina a estos sectores, que hace décadas atrás se constituyó como un privilegio de exclusión".
Así lo expresó el sacerdote Edmundo Cadenas, quien se desempeña como encargado pastoral de la Universidad Católica Santa Rosa (Ucsar), capellán del Hospital Rafael Rangel, Boconó, estado Trujillo, y teólogo apegado a la teoría de la liberación, así como de la vida y obra del doctor José Gregorio Hernández.
El sacerdote recordó aspectos importantes de José Gregorio Hernández como un hombre de origen humilde, nacido el 26 de octubre de 1864, en Isnotú, estado Trujillo. Su padre, oriundo de Boconó, y su madre, de Barinas, emigraron hacia el pueblo de Isnotú por causas de la guerra federal, que tuvo lugar en Venezuela entre los años 1859 y 1863.
También destacó que el venerado doctor fue un hombre de profunda fe cristiana, principios y actitudes que recibió de su familia y que fue cultivando de manera autodidacta a lo largo de su vida, “así como un hombre de ciencia que asumió el diálogo entre la ciencia o la corriente positivista, y la actitud cerrada, de hermetismo, de condena que mantenía la iglesia ante el pensamiento vigente, para poner sus conocimientos al servicio de los más pobres”.
Indicó que el Dr. José Gregorio Hernández vivió el proceso de diatriba entre la fe y la ciencia, es decir, el movimiento que lleva a cabo la iglesia conocido como espiritualismo que buscaba enfrentar a la ciencia o positivismo (1860-1920).
Del mismo modo, refirió que la biografía de Miguel Yadez nos dice que José Gregorio Hernández “era desprendido de los bienes de la tierra, nunca tuvo avidez ni por el dinero, ni por los bienes de fortuna, y su conducta lo hacia vivir en santa pobreza. Todo lo regalaba a su familia y a las personas que lo necesitaban. Era el médico de los pobres”.
El sacerdote Edmundo Cadenas nos presenta a José Gregorio “como un paradigma humanista que fue capaz de trascender la tentación de la usura, el por interés del mercantilismo que se ejerce a través de un servicio elemental como la medicina”.
Nos refiere que es por ello que su vida y obra “nos hace ver cómo la medicina se ha convertido en un medio mercantilista, a través de las clínicas privadas, a través de las actitudes de algunos médicos que han traicionado el Juramento Hipocrático, que hacen de la medicina un medio de enriquecimiento personal”.
José Gregorio Hernández cursa sus estudios de medicina en la Universidad Central de Venezuela, en la cual se destacó ante sus maestros y el propio presidente de la República, Raimundo Andueza Palacios, quien lo envía a la Universidad de París (1890 y 1892), en la cual desarrolla estudios en las especialidades de microscopia, histología normal, patología y fisología experimental.
“En 1890 es condecorado por el doctor Strauss de la Universidad de París como el mejor alumno y termina su formación en este país, de manera extraordinaria, y luego regresa a Venezuela, donde en 1891 el Presidente Andueza le autoriza la compra e instalación del laboratorio o Gabinete Fisiológico, del cual se crea el Instituto de Medicina Experimental”, reseñó.
Resaltó que de esta manera el doctor José Gregorio Hernández es el iniciador de la medicina científica en Venezuela, en la cual existe un busto en su honor.
Dijo que es por ello que “hoy recordamos este venerable venezolano que se destacó como siervo de Dios y de los pobres, en esos tiempos en que la iglesia no supo abrirse a los cambios, a la transformación sociopolítica que debía emprender Venezuela y América Latina”.
Igualmente, señaló que la iglesia se opuso a estos cambios que permitirían crear las condiciones para una calidad de vida óptima para el pueblo, y pagar esa deuda social que se vino contrayendo históricamente.
“Entonces, en estos tiempos, yo diría que José Gregorio Hernández es un pionero de la Misión Barrio Adentro, de todo ese ejército de médicos que trabajan con abnegación y entrega para atender a los más humildes o más pobres, para hacer llegar la medicina a estos sectores, que hace décadas atrás se constituyó como un privilegio de exclusión. Al servicio sólo de quienes podían pagar”, recordó.
Demora en la canonización y beatificación de José Gregorio Hernández
El sacerdote Edmundo Cadenas dijo que es posible que todavía “la iglesia neoconservadora, que ha sido retomada por el sector conservador de la iglesia, luego de la apertura que significó el concilio ecuménico II, tenga esa herida, precisamente ubicándonos en el contexto histórico en que realizó su obra el Dr. José Gregorio Hernández, y por ello mantenga esa postura de diatriba entre la fe y la ciencia”.
Recordó que mediante el concilio ecuménico que llevó a cabo hace 40 años el Papa Juan XXIII y el Papa Juan Pablo II, se cambió “aquella actitud distante y discriminatoria de la iglesia cuando los curas decían las misas de espaldas al pueblo y en latín”.
“Esto nos hace comprender porqué la iglesia tiene hoy cierta dificultad para comprender los nuevos tiempos y los cambios que está viviendo Venezuela. En este proceso de transformación sociopolítico nos encontramos, igual, con la misma postura de una iglesia hermética, cerrada, a la defensiva ante los nuevos tiempos, ante los signos de una nueva civilización humanista”.
Refirió que en el camino hacia la canonización y beatificación del venerado doctor se ha dado un paso importante, “y es que en 1985, por disposición de su Santidad Juan Pablo II, se reconoce que el Siervo de Dios José Gregorio Hernández practicó las virtudes teologales y cardinales en grado heroico, decreto que fue publicado el 16 de enero de 1986”.
Especificó que en estos momentos se sigue la postulación a la canonización y beatificación, que sería el grado de Santo del Dr. José Gregorio Hernández.
“La canonización está en camino, se han entregado los recaudos, investigaciones o testimonios de aquellas personas a quienes médicamente o científicamente se ha determinado que a través de un acto de fe, existe un signo prodigioso o un milagro como lo conocemos. Todos estos casos se han recopilado y se han presentado a la Santa Sede, y el proceso se viene cumpliendo. Es cuestión de espera”, afirmó.
Sin embargo, reveló que monseñor Bautista Castro fue quien lideró toda la postura antipositivista en Venezuela, “cuando debió haber asumido la actitud del venerado José Gregorio, y es posible que por ello se haya retrasado un poco su proceso de beatificación”.
Dijo que también es posible que ciertos trámites burocráticos hayan demorado el proceso de canonización y beatificación de José Gregorio Hernández, “y también por ciertas discriminaciones de la iglesia, porque no era cura, no era laico, porque practicó las virtudes teologales socialmente, que mantuvo una práctica de permanente devoción cristiana y de la vida sacramental”.
Comentó que el Dr. José Gregorio fue consecuente con su fe y obra social, “y por los testimonios de sus amigos y médicos, su conducta, su ética, su moral, dan a entender que fue un hombre de fe en ese sentido. Él tuvo una práctica extraordinaria de las virtudes cristianas, y existen testimonios de que los enfermos lo buscaban a cualquier hora, incluso en la noche, a quienes acudía y donaba su dinero para proveer los medicamentos a las personas más humildes”.
El doctor José Gregorio Hernández murió el 29 de junio de 1919, cuando fue sorprendido por un automóvil que lo atropelló en la esquina de Amadores a Urapal, parroquia La Pastora, donde residía con su hermana, en el número 3 de San Andrés a Desbarrancado.
El venerable, como fue declarado por el Papa Juan Pablo II en 1985, murió cuando se dirigía a a la farmacia ubicada en la esquina de Amadores a comprarle las medicinas que le había recetado a una anciana que había consultado entre las esquinas de Amadores y Cardones, porque consideró que era muy pobre para adquirir los medicamentos.
Testimonios de devotos de José Gregorio Hernández
Ramona Cárdenas, residente en la avenida Baralt, Caracas, manifestó su fe en el Dr. José Gregorio Hernández, de quien dijo ha sido su santo “de toda la vida, que tengo en mi casa, porque cuando mi hijo de 7 años se fracturó un brazo y quedó muy mal le pedí por su recuperación y cuando fueron a operarlo soló tenía algunas heridas leves”.
Aura Fuentes, quien reside en la parroquia La Pastora, dijo que “el venerable fue un médico humanista que visitaba a los enfermos en su casa y, a quienes no tenían para comprar sus medicamentos, él sacaba dinero de su bolsillo y les daba para comprarlos”.
La señora Fuentes refirió que pidió al Dr. José Gregorio Hernández que le ayudara a sanar una vena varices que le impedía caminar bien, y de la cual tenía temor operarse, así como falta de dinero para ello, “pero a los cuatro días soñé que el Dr. José Gregorio me inyectaba y a la mañana siguiente me sentí bien, y no necesité operarme”.
De acuerdo con los biógrafos, José Gregorio Hernández viajó a Italia en 1908 con la finalidad de ingresar a la vida monástica, y para ello se interna en la orden de Los Cartujos, pero algunos problemas de salud lo obligan a retornar a Venezuela en 1909, y en nuestro país obtuvo licencia arzobispal para ingresar el 21 de abril de ese mismo año al seminario de Santa Rosa de Lima.
Sin embargo, estos esfuerzos no le permitieron alcanzar el presbiterado, y luego de tres años se embarca de nuevo a Roma para ir al colegio Pío Latino Americano, del cual regresa nuevamente a Venezuela, debido a una afección pulmonar. “Después ya no insistiría en la separación del mundo para contemplar a Dios en el silencio del convento, y dedicaría su vida al ejercicio de su profesión con sentido humanista”.
El presidente de la Comisión Permanente de Cultura, Patrimonio Histórico y Medios Alternativos del Concejo de Libertador, Simón Pereira, indicó que, mediante decreto municipal, la cámara municipal también otorgó el nombre de José Gregorio Hernández a la calle, conocida como oeste 9 en La Pastora, en la cual falleció hace 89 años este médico humanista, que ha sido elevado a los altares por el pueblo venezolano.
Como parte de la conmemoración de 119 aniversario del nacimiento del doctor José Gregorio Hernández, el Concejo de Libertador declaró patrimonio histórico cultural de este municipio la obra científica y religiosa de este venerable venezolano, mediante decreto municipal de fecha 21 de octubre de 2008.
El presidente de la Comisión Permanente de Cultura, Patrimonio Histórico y Medios Alternativos del Concejo de Libertador, Simón Pereira, indicó que, mediante decreto municipal de la misma fecha, la cámara municipal también otorgó el nombre de José Gregorio Hernández a la calle, conocida como oeste 9, en la cual falleció hace 89 años este médico humanista, que ha sido elevado a los altares por el pueblo venezolano. Especificó que esta calle comprende desde la esquina El Cuño hasta la esquina El Carmen, de la parroquia La Pastora, municipio Libertador.
Durante la sesión especial que se realizó en la Plaza de La Pastora para anunciar a las comunidades pastoreñas estos decretos en homenaje al Dr. José Gregorio Hernández, el concejal Pereira también anunció que la cámara de Libertador develará una lápida de mármol en la esquina de Amadores, lugar en el que quedó el cuerpo del venerable médico trujillano, quién nació el 26 de octubre de 1864 en la población de Isnotú, de ese estado andino
Devoción a José Gregorio Hernández
La población venezolana es especialmente devota al doctor Hernández, a quien reza diversas oraciones y le pide favores como trabajos, amor o la cura de enfermedades.
Por sus acciones, el pueblo venezolano siempre ha venerado al doctor José Gregorio, pidiéndole favores y atribuyéndole milagros, hecho por el cual la iglesia católica venezolana inició en 1949 el proceso de beatificación y canonización por parte del arzobispo de Caracas, monseñor Lucas Guillermo de Castillo, ante el Vaticano. Luego de iniciado el proceso, y completados los primeros casos, el doctor José Gregorio es nombrado Venerable por parte del papa Juan Pablo II, el 16 de enero de 1986 y se inició el próximo paso que lo llevaría a la beatificación. La beatificación de Hernández es actualmente una meta que espera alcanzar parte de los feligreses católicos, así como la iglesia católica venezolana, por lo cual, en diversas partes del país se elevan oraciones para pedir por el pronto nombramiento de José Gregorio
El venerado doctor José Gregorio Hernández, médico egresado de la universidad Central de Venezuela, bacteriólogo de la Universidad de París y hombre vinculado a la espiritualidad fue un pionero que supo integrar la fe y la ciencia para servirle a los más humildes, sin avidez por el dinero y los bienes de fortuna.
En estos tiempos "pionero de la Misión Barrio Adentro, de todo ese ejército de médicos que trabajan con abnegación y entrega para atender a los más humildes o más pobres, para hacer llegar la medicina a estos sectores, que hace décadas atrás se constituyó como un privilegio de exclusión".
Así lo expresó el sacerdote Edmundo Cadenas, quien se desempeña como encargado pastoral de la Universidad Católica Santa Rosa (Ucsar), capellán del Hospital Rafael Rangel, Boconó, estado Trujillo, y teólogo apegado a la teoría de la liberación, así como de la vida y obra del doctor José Gregorio Hernández.
El sacerdote recordó aspectos importantes de José Gregorio Hernández como un hombre de origen humilde, nacido el 26 de octubre de 1864, en Isnotú, estado Trujillo. Su padre, oriundo de Boconó, y su madre, de Barinas, emigraron hacia el pueblo de Isnotú por causas de la guerra federal, que tuvo lugar en Venezuela entre los años 1859 y 1863.
También destacó que el venerado doctor fue un hombre de profunda fe cristiana, principios y actitudes que recibió de su familia y que fue cultivando de manera autodidacta a lo largo de su vida, “así como un hombre de ciencia que asumió el diálogo entre la ciencia o la corriente positivista, y la actitud cerrada, de hermetismo, de condena que mantenía la iglesia ante el pensamiento vigente, para poner sus conocimientos al servicio de los más pobres”.
Indicó que el Dr. José Gregorio Hernández vivió el proceso de diatriba entre la fe y la ciencia, es decir, el movimiento que lleva a cabo la iglesia conocido como espiritualismo que buscaba enfrentar a la ciencia o positivismo (1860-1920).
Del mismo modo, refirió que la biografía de Miguel Yadez nos dice que José Gregorio Hernández “era desprendido de los bienes de la tierra, nunca tuvo avidez ni por el dinero, ni por los bienes de fortuna, y su conducta lo hacia vivir en santa pobreza. Todo lo regalaba a su familia y a las personas que lo necesitaban. Era el médico de los pobres”.
El sacerdote Edmundo Cadenas nos presenta a José Gregorio “como un paradigma humanista que fue capaz de trascender la tentación de la usura, el por interés del mercantilismo que se ejerce a través de un servicio elemental como la medicina”.
Nos refiere que es por ello que su vida y obra “nos hace ver cómo la medicina se ha convertido en un medio mercantilista, a través de las clínicas privadas, a través de las actitudes de algunos médicos que han traicionado el Juramento Hipocrático, que hacen de la medicina un medio de enriquecimiento personal”.
José Gregorio Hernández cursa sus estudios de medicina en la Universidad Central de Venezuela, en la cual se destacó ante sus maestros y el propio presidente de la República, Raimundo Andueza Palacios, quien lo envía a la Universidad de París (1890 y 1892), en la cual desarrolla estudios en las especialidades de microscopia, histología normal, patología y fisología experimental.
“En 1890 es condecorado por el doctor Strauss de la Universidad de París como el mejor alumno y termina su formación en este país, de manera extraordinaria, y luego regresa a Venezuela, donde en 1891 el Presidente Andueza le autoriza la compra e instalación del laboratorio o Gabinete Fisiológico, del cual se crea el Instituto de Medicina Experimental”, reseñó.
Resaltó que de esta manera el doctor José Gregorio Hernández es el iniciador de la medicina científica en Venezuela, en la cual existe un busto en su honor.
Dijo que es por ello que “hoy recordamos este venerable venezolano que se destacó como siervo de Dios y de los pobres, en esos tiempos en que la iglesia no supo abrirse a los cambios, a la transformación sociopolítica que debía emprender Venezuela y América Latina”.
Igualmente, señaló que la iglesia se opuso a estos cambios que permitirían crear las condiciones para una calidad de vida óptima para el pueblo, y pagar esa deuda social que se vino contrayendo históricamente.
“Entonces, en estos tiempos, yo diría que José Gregorio Hernández es un pionero de la Misión Barrio Adentro, de todo ese ejército de médicos que trabajan con abnegación y entrega para atender a los más humildes o más pobres, para hacer llegar la medicina a estos sectores, que hace décadas atrás se constituyó como un privilegio de exclusión. Al servicio sólo de quienes podían pagar”, recordó.
Demora en la canonización y beatificación de José Gregorio Hernández
El sacerdote Edmundo Cadenas dijo que es posible que todavía “la iglesia neoconservadora, que ha sido retomada por el sector conservador de la iglesia, luego de la apertura que significó el concilio ecuménico II, tenga esa herida, precisamente ubicándonos en el contexto histórico en que realizó su obra el Dr. José Gregorio Hernández, y por ello mantenga esa postura de diatriba entre la fe y la ciencia”.
Recordó que mediante el concilio ecuménico que llevó a cabo hace 40 años el Papa Juan XXIII y el Papa Juan Pablo II, se cambió “aquella actitud distante y discriminatoria de la iglesia cuando los curas decían las misas de espaldas al pueblo y en latín”.
“Esto nos hace comprender porqué la iglesia tiene hoy cierta dificultad para comprender los nuevos tiempos y los cambios que está viviendo Venezuela. En este proceso de transformación sociopolítico nos encontramos, igual, con la misma postura de una iglesia hermética, cerrada, a la defensiva ante los nuevos tiempos, ante los signos de una nueva civilización humanista”.
Refirió que en el camino hacia la canonización y beatificación del venerado doctor se ha dado un paso importante, “y es que en 1985, por disposición de su Santidad Juan Pablo II, se reconoce que el Siervo de Dios José Gregorio Hernández practicó las virtudes teologales y cardinales en grado heroico, decreto que fue publicado el 16 de enero de 1986”.
Especificó que en estos momentos se sigue la postulación a la canonización y beatificación, que sería el grado de Santo del Dr. José Gregorio Hernández.
“La canonización está en camino, se han entregado los recaudos, investigaciones o testimonios de aquellas personas a quienes médicamente o científicamente se ha determinado que a través de un acto de fe, existe un signo prodigioso o un milagro como lo conocemos. Todos estos casos se han recopilado y se han presentado a la Santa Sede, y el proceso se viene cumpliendo. Es cuestión de espera”, afirmó.
Sin embargo, reveló que monseñor Bautista Castro fue quien lideró toda la postura antipositivista en Venezuela, “cuando debió haber asumido la actitud del venerado José Gregorio, y es posible que por ello se haya retrasado un poco su proceso de beatificación”.
Dijo que también es posible que ciertos trámites burocráticos hayan demorado el proceso de canonización y beatificación de José Gregorio Hernández, “y también por ciertas discriminaciones de la iglesia, porque no era cura, no era laico, porque practicó las virtudes teologales socialmente, que mantuvo una práctica de permanente devoción cristiana y de la vida sacramental”.
Comentó que el Dr. José Gregorio fue consecuente con su fe y obra social, “y por los testimonios de sus amigos y médicos, su conducta, su ética, su moral, dan a entender que fue un hombre de fe en ese sentido. Él tuvo una práctica extraordinaria de las virtudes cristianas, y existen testimonios de que los enfermos lo buscaban a cualquier hora, incluso en la noche, a quienes acudía y donaba su dinero para proveer los medicamentos a las personas más humildes”.
El doctor José Gregorio Hernández murió el 29 de junio de 1919, cuando fue sorprendido por un automóvil que lo atropelló en la esquina de Amadores a Urapal, parroquia La Pastora, donde residía con su hermana, en el número 3 de San Andrés a Desbarrancado.
El venerable, como fue declarado por el Papa Juan Pablo II en 1985, murió cuando se dirigía a a la farmacia ubicada en la esquina de Amadores a comprarle las medicinas que le había recetado a una anciana que había consultado entre las esquinas de Amadores y Cardones, porque consideró que era muy pobre para adquirir los medicamentos.
Testimonios de devotos de José Gregorio Hernández
Ramona Cárdenas, residente en la avenida Baralt, Caracas, manifestó su fe en el Dr. José Gregorio Hernández, de quien dijo ha sido su santo “de toda la vida, que tengo en mi casa, porque cuando mi hijo de 7 años se fracturó un brazo y quedó muy mal le pedí por su recuperación y cuando fueron a operarlo soló tenía algunas heridas leves”.
Aura Fuentes, quien reside en la parroquia La Pastora, dijo que “el venerable fue un médico humanista que visitaba a los enfermos en su casa y, a quienes no tenían para comprar sus medicamentos, él sacaba dinero de su bolsillo y les daba para comprarlos”.
La señora Fuentes refirió que pidió al Dr. José Gregorio Hernández que le ayudara a sanar una vena varices que le impedía caminar bien, y de la cual tenía temor operarse, así como falta de dinero para ello, “pero a los cuatro días soñé que el Dr. José Gregorio me inyectaba y a la mañana siguiente me sentí bien, y no necesité operarme”.
De acuerdo con los biógrafos, José Gregorio Hernández viajó a Italia en 1908 con la finalidad de ingresar a la vida monástica, y para ello se interna en la orden de Los Cartujos, pero algunos problemas de salud lo obligan a retornar a Venezuela en 1909, y en nuestro país obtuvo licencia arzobispal para ingresar el 21 de abril de ese mismo año al seminario de Santa Rosa de Lima.
Sin embargo, estos esfuerzos no le permitieron alcanzar el presbiterado, y luego de tres años se embarca de nuevo a Roma para ir al colegio Pío Latino Americano, del cual regresa nuevamente a Venezuela, debido a una afección pulmonar. “Después ya no insistiría en la separación del mundo para contemplar a Dios en el silencio del convento, y dedicaría su vida al ejercicio de su profesión con sentido humanista”.
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