¿Quién no ha tenido acné? Este padecimiento es un proceso biológico por el que todos pasamos, aunque en algunos es más severo que en otros. La edad más común en que se hace presente es la adolescencia, principalmente por el desorden hormonal, aunque hay quien tiene predisposición a heredarlo y padecerlo toda la vida.
Para entender qué es, pensemos que de manera natural la piel produce una sustancia grasa (a la que se denomina sebo) a través de las glándulas sebáceas, con la que se mantiene lubricada y libre de infecciones. Cuando estas glándulas se inflaman y producen sebo en exceso, irritan la capa externa de la piel (epidermis), y causan la afección que conocemos como acné.
Como resultado de este proceso aparecen dos tipos de lesiones, identificadas como comedones, los abiertos o de cabeza blanca, que se confunden con el color de la piel y facilitan la salida del sebo por un orificio abierto. El otro es llamado puntos negros o espinillas, que acumulan también elementos de desecho de la piel.
Las zonas más afectadas por el acné son cara, cuello, hombros y espalda. En casos graves se forman grandes y profundos quistes y abscesos, muy dolorosos y los cuales pueden requerir cirugía.
Es común escuchar que el consumo de alimentos como chocolate, aguacate y semillas ricas en grasas colaboran a la aparición de acné, hecho absolutamente falso. Por otra parte, se cree que lavar continuamente la cara con agua y jabón puede ayudar a prevenir su aparición, otro gran error, ya que en lugar de ello se provoca un estado de resequedad que motiva que las glándulas sebáceas trabajen más de lo normal. Cuando se extrae el contenido de estas lesiones se incrementa la inflamación y se puede agravar su estado dejando cicatrices, marcas que pueden desvanecerse mediante baños ligeros de Sol.
Actualmente, se contemplan alternativas como cirugía láser o el “peeling”, que no es otra cosa que adelgazar la piel utilizando productos químicos (como el ácido glicólico). Por medio de esta técnica se remueven capas de la piel con el fin de eliminar las marcas que deja el acné.
El mercado farmacéutico ofrece también productos antibacterianos para controlar y prevenir el acné. Sin embargo, el más reciente producto con aval científico comprobable es un parche en forma de máscara que penetra capas superficiales de la piel y disminuye la cantidad de comedones, aplana erupciones que se forman en la piel (conocidas como pápulas) y acaba con la inflamación.
Cuide su salud y apariencia, no olvide que el rostro es la tarjeta de presentación que nos identifica la gente.
Para entender qué es, pensemos que de manera natural la piel produce una sustancia grasa (a la que se denomina sebo) a través de las glándulas sebáceas, con la que se mantiene lubricada y libre de infecciones. Cuando estas glándulas se inflaman y producen sebo en exceso, irritan la capa externa de la piel (epidermis), y causan la afección que conocemos como acné.
Como resultado de este proceso aparecen dos tipos de lesiones, identificadas como comedones, los abiertos o de cabeza blanca, que se confunden con el color de la piel y facilitan la salida del sebo por un orificio abierto. El otro es llamado puntos negros o espinillas, que acumulan también elementos de desecho de la piel.
Las zonas más afectadas por el acné son cara, cuello, hombros y espalda. En casos graves se forman grandes y profundos quistes y abscesos, muy dolorosos y los cuales pueden requerir cirugía.
Es común escuchar que el consumo de alimentos como chocolate, aguacate y semillas ricas en grasas colaboran a la aparición de acné, hecho absolutamente falso. Por otra parte, se cree que lavar continuamente la cara con agua y jabón puede ayudar a prevenir su aparición, otro gran error, ya que en lugar de ello se provoca un estado de resequedad que motiva que las glándulas sebáceas trabajen más de lo normal. Cuando se extrae el contenido de estas lesiones se incrementa la inflamación y se puede agravar su estado dejando cicatrices, marcas que pueden desvanecerse mediante baños ligeros de Sol.
Actualmente, se contemplan alternativas como cirugía láser o el “peeling”, que no es otra cosa que adelgazar la piel utilizando productos químicos (como el ácido glicólico). Por medio de esta técnica se remueven capas de la piel con el fin de eliminar las marcas que deja el acné.
El mercado farmacéutico ofrece también productos antibacterianos para controlar y prevenir el acné. Sin embargo, el más reciente producto con aval científico comprobable es un parche en forma de máscara que penetra capas superficiales de la piel y disminuye la cantidad de comedones, aplana erupciones que se forman en la piel (conocidas como pápulas) y acaba con la inflamación.
Cuide su salud y apariencia, no olvide que el rostro es la tarjeta de presentación que nos identifica la gente.
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