Lo que falta en la lucha contra la inseguridad

PIEDRA DE TRANCA (Diario Vea)
MARCIANO
EL PROBLEMA DE LA INSEGURIDAD

Es el que más afecta a la población. Está dicho en todas las encuestas. Cuando se hace la pregunta sobre cuál es el motivo principal que más preocupa.

Las repuestas lo ubican en el primer lugar.

Los numeritos sobre inseguridad doblan las demandas sobre viviendas, desocupación, desabastecimiento, etc. A veces, triplica en el orden de las preocupaciones de la ciudadanía. No hay ninguna duda, la seguridad personal y familiar, es la principal demanda del país. Debe reconocerse que el Ministerio del Poder Popular para las Relaciones de Interior y Justicia ha dedicado un serio esfuerzo a la lucha contra la delincuencia. Diariamente, las autoridades incrementan su batida para frenar la acometida del hampa. Sin embargo, este escribidor tiene la impresión de que hace falta un esfuerzo en otra dirección, precisamente en la dirección que ha faltado y falta, la dirección política.
NO ES SUFICIENTE LA REPRESION POLICIAL.

Es evidente que la acción política ha sido efectiva y no dudamos de sus saludables beneficios. El decomiso de armas, la erradicación de pandillas, la labor de inteligencia y otras medidas adoptadas por el Ministerio para las Relaciones de Interior y Justicia y las autoridades policiales metropolitanas deben producir efectos a corto y largo plazo. Ya lo están logrando aun cuando la población no las percibe en su totalidad. Debe decirse que la acción policial es sistemáticamente anulada por las toneladas de prédica de violencia que diariamente introducen los medios de comunicación y los factores de la “cultura dominante” al colectivo social. La paradoja es la siguiente: Mientras las autoridades policiales trabajan arduamente para acabar con la delincuencia, la “cultura dominante” produce delincuencia todos los días, a cada hora.
ASUMIR POLÍTICAMENTE LA SEGURIDAD.

Pensamos debe agregarse a la lucha contra la delincuencia un elemento que hasta ahora no se usa y es indispensable: el discurso político. Como lo demuestran las encuestas el problema de la inseguridad hace tiempo dejó de ser un problema policial. Cuando 80 % de la población opina que la inseguridad es su principal problema, quiere decir que ese problema dejó de ser policial para convertirse en parte de la agenda política nacional. Y SÓLO LO ESTAREMOS ABORDANDO CORRECTA Y EFECTIVAMENTE cuando el propio Chávez asuma en su discurso el tema y convoque al pueblo a enfrentar la amenaza de la delincuencia y las tareas de dar seguridad a los venezolanos. Tenemos la firme convicción que no avanzaremos fuertes en la lucha contra la inseguridad mientras no incorporemos a Chávez y al protagonismo popular en masa.

Asumir el tema de la inseguridad
Ayer insistimos en la necesidad de agregar un fuerte ingrediente político a la lucha contra la delincuencia y por la seguridad de los ciudadanos. Dijimos que no era suficiente el laudable esfuerzo del ministro para las Relaciones Interiores y Justicia, cuya labor debe continuar, intensificarse y obtener el más completo apoyo del resto de las instancias del Estado. Para elaborar este juicio, nos apoyamos en el constante pronunciamiento de la población. En todas las encuestas, la inseguridad aparece como la principal preocupación de los venezolanos, por encima de temas tan vitales como el desempleo, la vivienda, el costo de la vida. Esta constante de por sí convierte el problema de la inseguridad en la más alta prioridad de la agenda política, que no puede ser asumido exclusivamente como un problema de la policía.
Discurso de Chávez y protagonismo popular
Escribimos ayer y lo reiteramos hoy sobre la necesidad de agregar a la lucha contra la delincuencia el discurso de Chávez y el protagonismo popular. Debemos dar este paso antes de que el proceso bolivariano pague un alto costo político por la inseguridad. La delincuencia es ya un aspecto relevante de la política. Los medios de comunicación la usan para los efectos de su estrategia desestabilizadora.

Magnifican los delitos, exacerban la situación de las víctimas y de su entorno, ocultan los éxitos de las autoridades policiales y promueven un ambiente de exaltación a los delincuentes. Por otra parte, hay indicios de una activa participación de servicios extranjeros en apoyo a la delincuencia a través de las drogas y la dotación de armamento.

Ante esta situación, es indispensable que Chávez incorpore en sus discursos el tema de la delincuencia de manera sostenida, especialmente convocando a la plena incorporación del pueblo a las tareas de dar seguridad a la ciudadanía.