domingo, 20 de septiembre de 2009

Pavorosa inseguridad reina en El Hatillo, el miedo y la vida no se repone con música ni maticas

La pavorosa inseguridad de El Hatillo Alcaldesa, el miedo y la vida misma no se reponen con música, matas o banquetes.
Por Orlando Viera
Como vecino de El Hatillo he dedicado algunas líneas para denunciar los infortunios del municipio.

Crímenes ecológicos (todos impunes), repleción urbana, deterioro vial y estructural más abandono -no sólo del estado y conservación de las cosas, sino de las tradiciones de una de las parroquias más típicas de Caracas- son algunos de los legados del alcalde saliente. Y como señalé a los 100 días de gestión de la nueva alcaldesa (¿Y la gorda qué? / El universal 16/03/09), hoy a la tragedia de El Hatillo, se le suma y atornilla, otra peor: la inseguridad. El Hatillo concentra hoy casi un tercio de la inversión inmobiliaria del país.

Una verdadera cátedra de cimentación a un compás nada despreciable, pero a un mismo ritmo de ilegalidad. Y tal infamia no fue baladí. Pasó por la extinción de reservas naturales ancestrales, dotadoras de verdaderos ecosistemas. Hoy no queda ni el recuerdo. Pero insistir en ello es redundante. Ya los tiempos lo redimirán.

Lo que ahora no merece tregua, es la inseguridad.
Recientemente la alcaldesa Do Nascimento, reinauguró el Parque por la Paz en La Lagunita, acto en el cual tuve el chance de reconocerle su esfuerzo. Estuve esperanzado por las bendiciones del padre Clemente Lebrún, quien dijo: "este es un lugar digno para encontrarnos con Dios, debido al aire de tranquilidad que en él se puede respirar". Y agregó la nota de prensa: "En conmemoración al Día Internacional del Árbol, se sembraron 40 árboles conocidos como "Andira Inermis" ("pilones"), los cuales son de rápido crecimiento, resistentes a la contaminación y sus raíces no dañan el asfalto -sic-". Nos preguntamos los vecinos: ¿Cómo queda la paz, la tranquilidad, Dios y la arboleda, con el otro pilón: la delincuencia?

Diez secuestros semanales se comenten -no en El Hatillo- en la avenida Principal de La Lagunita. Asaltos y ultrajes a hogares (algunos terminan en homicidio), minan el municipio de terror, por lo cual cuesta creer que el índice delictivo en El Hatillo "bajó a un 53%", según el decir del director de la policía& Fíjese una cosa, alcaldesa: yo comprendo su agenda cultural y el interés de recuperar aceras o reservas forestales.

Sé de ceremonias y festividades plenas de solemnidad, como el día de los niños, los 225 años de la Plaza Bolívar, un almuerzo con Guillermo Dávila o una gala en el anfiteatro con Guaco o Yordano (ver la web del municipio). Pero tome en cuenta que mientras El Hatillo sea patio de asesinos y secuestradores, poco importará escuchar la Banda Municipal o sembrar Andira Inermis (pilones), en cualquier rincón, porque el miedo y la vida misma no se reponen con música, matas o banquetes. La prioridad es la seguridad de los vecinos de El Hatillo.

Por cada árbol, siembre una esperanza de seguridad. Organice a los vecinos, decrete políticas de resguardo ciudadano, equipe a la policía; refuerce la vigilancia; coloque cámaras y, en fin, -aunque luzca exagerado-, gaste el presupuesto todo en proteger la vida del hatillano y sus visitantes. Lo otro, por ahora, es fútil.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Primero debes aprender a redactar antes de dartelas de periodista para que podamos entender tu "Artículo". y cuando no quieras vivir más en El Hatillo cambiamos nuestras residencias, yo vivo en La Candelaria (te encantará).

Saludos 1dio7a.