Un diccionario registra el habla coloquial de Caracas
María D'Alessandro hace un gran inventario de las palabras cotidianas
D'Alessandro dice que "siquitrillar" existe en la medida en que se entienda su significado
Cachilapo, burda, furular, ñinguita o tocoquera son algunos de los vocablos que durante años ha recogido María D'Alessandro y que revelan una forma de ser y de pensar del caraqueño expresada a través del lenguaje. Se trata de un inventario que recoge el encanto de lo cotidiano: Diccionario del habla coloquial de Caracas, recientemente publicado por la Fundación para la Cultura Urbana.
D'Alessandro, doctora en Letras por la Universidad Simón Bolívar y lexicógrafa, recogió palabras y las documentó, y el producto de su trabajo revela no sólo un fervor por la lengua sino un interesante estudio de palabras y frases que describen una zona dialectal muy definida y, como ella misma lo reconoce, digna de estudio.
-¿Cuánto tiempo le llevó esta investigación?
-Este es un trabajo de investigación, un trabajo de campo y ha tenido varias etapas y ha llevado varios años. No es cuantificable, surgió como algo pequeño que luego se fue ampliando.
-El habla coloquial suele cambiar muy rápido...
-Por eso digo, es ante todo un trabajo de investigación y tarda un tiempo. Yo planteo que cualquier trabajo que uno vaya a hacer en el área de lexicografía en Venezuela parte de estos diccionarios básicos: Glosario de usos indígenas, Glosario del bajo español en Venezuela de Lisandro Alvarado, Diccionario de Venezolanismos coordinado por María Josefina Tejera y el Diccionario de Venezolanismos de Rocío Núñez y Francisco Javier Pérez; glosarios, bibliografías, novelas.
-¿Hubo una motivación?
-Revisé glosarios que se han empezado a hacer en páginas web, y eso me alertó: los están haciendo en son de chiste, de broma, y no es por ahí por donde va la cosa. Realmente esto merece un tratamiento lexicográfico. Ahí está, por una parte, la palabra, y por otro lado, el trabajo de campo. Voy a sitios y pregunto, esto qué es, cómo se define. Por ejemplo, en las areperas pregunté por los distintos tipos de arepas o los cafés. Ha habido medios, por ejemplo, los noticieros de televisión, y palabra que voy oyendo, la registro.
-Una de las cosas que se observa al leerlo, es cuán metafórico es el caraqueño.
-Sí, y este diccionario no quiere dar significados literales, ni hablar de la etimología. Si se busca la palabra "fino", encuentras la acepción. Con "campana" se da la descripción, el uso dentro del lenguaje de la ciudad: no le pidas al diccionario de dónde sale la palabra. Es impresionante cómo si no usas ese lenguaje en la calle, no te entienden, aunque se hable con corrección.
-¿En qué otras regiones de Venezuela haría falta un diccionario así?
-Hay dos regiones importantes, donde hay excelentes lingüistas. Una es el área oriental del país. Y maracuchismos, existen buenas investigaciones científicas, en la Universidad del Zulia hay maravillas, y puede que haya repertorios más fuertes.
María D'Alessandro hace un gran inventario de las palabras cotidianas
D'Alessandro dice que "siquitrillar" existe en la medida en que se entienda su significado
Cachilapo, burda, furular, ñinguita o tocoquera son algunos de los vocablos que durante años ha recogido María D'Alessandro y que revelan una forma de ser y de pensar del caraqueño expresada a través del lenguaje. Se trata de un inventario que recoge el encanto de lo cotidiano: Diccionario del habla coloquial de Caracas, recientemente publicado por la Fundación para la Cultura Urbana.
D'Alessandro, doctora en Letras por la Universidad Simón Bolívar y lexicógrafa, recogió palabras y las documentó, y el producto de su trabajo revela no sólo un fervor por la lengua sino un interesante estudio de palabras y frases que describen una zona dialectal muy definida y, como ella misma lo reconoce, digna de estudio.
-¿Cuánto tiempo le llevó esta investigación?
-Este es un trabajo de investigación, un trabajo de campo y ha tenido varias etapas y ha llevado varios años. No es cuantificable, surgió como algo pequeño que luego se fue ampliando.
-El habla coloquial suele cambiar muy rápido...
-Por eso digo, es ante todo un trabajo de investigación y tarda un tiempo. Yo planteo que cualquier trabajo que uno vaya a hacer en el área de lexicografía en Venezuela parte de estos diccionarios básicos: Glosario de usos indígenas, Glosario del bajo español en Venezuela de Lisandro Alvarado, Diccionario de Venezolanismos coordinado por María Josefina Tejera y el Diccionario de Venezolanismos de Rocío Núñez y Francisco Javier Pérez; glosarios, bibliografías, novelas.
-¿Hubo una motivación?
-Revisé glosarios que se han empezado a hacer en páginas web, y eso me alertó: los están haciendo en son de chiste, de broma, y no es por ahí por donde va la cosa. Realmente esto merece un tratamiento lexicográfico. Ahí está, por una parte, la palabra, y por otro lado, el trabajo de campo. Voy a sitios y pregunto, esto qué es, cómo se define. Por ejemplo, en las areperas pregunté por los distintos tipos de arepas o los cafés. Ha habido medios, por ejemplo, los noticieros de televisión, y palabra que voy oyendo, la registro.
-Una de las cosas que se observa al leerlo, es cuán metafórico es el caraqueño.
-Sí, y este diccionario no quiere dar significados literales, ni hablar de la etimología. Si se busca la palabra "fino", encuentras la acepción. Con "campana" se da la descripción, el uso dentro del lenguaje de la ciudad: no le pidas al diccionario de dónde sale la palabra. Es impresionante cómo si no usas ese lenguaje en la calle, no te entienden, aunque se hable con corrección.
-¿En qué otras regiones de Venezuela haría falta un diccionario así?
-Hay dos regiones importantes, donde hay excelentes lingüistas. Una es el área oriental del país. Y maracuchismos, existen buenas investigaciones científicas, en la Universidad del Zulia hay maravillas, y puede que haya repertorios más fuertes.
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