Victoria popular: Tras la contundente movilización de medios comunitarios y alternativos, el camarada Gabriel Uzcátegui ha sido liberado
Por: ANMCLA
Seguimos movilizados para asegurar la anulación de todas las órdenes de captura, así como de las investigaciones penales guiadas por la "justicia mediática"
Por todas nuestras luchas, nos mantenemos en la calle, para defender la revolución
ANMCLA, 22 de agosto de 2009
Acabamos de recibir la noticia de la voz del propio camarada: en horas de la tarde de hoy, Gabriel Uzcátegui ha sido puesto en libertad, luego de haber pasado una semana injustamente detenido como producto del linchamiento mediático y la actuación irregular de varios fiscales del Ministerio Público y el tribunal de control nro. 16 de Caracas, en relación con la riña provocada por activistas opositores frente a las instalaciones de Avila TV el pasado 13 de agosto. Actualmente, Gabriel descansa en su casa, junto a su familia, de donde nunca debió haber sido arrancado.
Esta acción demuestra una vez más que aún hoy día, luego de casi diez años de proclamada la República Bolivariana de Venezuela y más de 7 años después de la marea popular del 13 de abril, sólo la movilización popular garantiza los derechos de los sectores populares, ante unos organismos del Estado penetrados todavía por intereses asociados a la oligarquía reaccionaria, y por actores políticos del campo revolucionarios permeables a sus presiones e intimidaciones mediáticas.
El pasado 13 de agosto, en el marco de varias acciones de guarimba en el centro de Caracas y otras ciudades, un grupo de opositores - entre los cuales varios periodistas de la Cadena Capriles - provocaron una escena de violencia frente a las instalaciones de la televisora Avila TV, que acabó con varios heridos leves.
Inmediatamente, la maquinaria de difamación de la derecha sentenció a comunicadores populares de Avila TV y otros activistas populares que participaron en la riña, por medio de los mecanismos más burdos de manipulación de los hechos. Tras la intensa campaña de criminalización mediática, se abrieron expedientes penales contra al menos tres camaradas, siguiendo el guión manipulado de los hechos.
Al ir a declarar por voluntad propia, Gabriel Uzcátegui, miembro del equipo de las Escuelas del Poder Popular, fue detenido y trasladado a las instalaciones de la CICPC (Policía judicial), donde recibió amenazas de que sería trasladado a la prisión de La Planta en El Paraíso - en una vuelta de tuerca adicional del terrorismo judicial del que ha sido víctima. Entre tanto, se libraban órdenes de busqueda y captura contra otros dos compañeros, y corrían rumores avalados y probablemente producidos por los medios de la derecha acerca de órdenes de aprhensión contra comunicadores de Avila TV conocidos por su labor permanente de desenmascaramiento de la conspiración de la ultraderecha.
Al linchamiento mediático y la intimidación del poder de los medios de la derecha, le siguieron casi inmediatamente declaraciones desde el campo revolucionario corroborando sin matices la versión bastarda de los hechos, cuando era evidente que se estaban escondiendo evidencias y que nos encontrábamos ante un caso más de manipulación de la realidad para conseguir resultados a la altura de los planes de la conspiración.
Actores de la comunicación como el Consejo de Comunicadores Socialistas e incluso actores tan fundamentales del proceso como el Partido Socialista Unido de Venezuela, produjeron al día siguiente sendos comunicados en los que se seguía de pies juntillas la respuesta esperada por la operación: condenar la violencia contra periodistas, y exigir "todo el peso de la ley" contra los presuntos agresores.
De la realidad incontestable de los hechos se deriva la necesidad de que estos actores del proceso revolucionario rectifiquen sus versiones de los hechos, revisen su comportamiento y aseguren que sus mecanismos de alerta asumen la realidad de la conspiración y la guerra mediática en la que nos envuelven los enemigos de la democracia. De lo contrario, podrán caer de nuevo sobre la misma trampa, en circunstancias eventualmente mucho más graves.
Por su parte, el pueblo revolucionario no come cuento: desde el primer día, Avila TV, las Escuelas del Poder Popular, medios comunitarios, consejos comunales y otros actores del proceso activaron mecanismos para garantizar la victoria de la verdad revolucionaria y la justicia verdadera. Había tenido lugar una cuidadosa operación destinada a asestar un golpe mortal al canal revolucionario Avila TV, y había que desmontarlo.
Comunicados, análisis, proclamas, y finalmente, una exitosa movilización el día de ayer han arrojado los primeros frutos. Gabriel Uzcátegui ha sido puesto en libertad. No obstante, todavía desconocemos si las investigaciones penales viciadas y violatorias de las garantías procesales emprendidas han sido anuladas. Por eso, seguimos movilizados para garantizar la anulación de expedientes que responden al guión del linchamiento mediático, para asegurar la plena libertad de Gabriel y el cese de las órdenes de captura contra Jorge y Carlos Andrés.
Y más allá, seguimos movilizados para la defensa de todas nuestras conquistas.
Por todas nuestras luchas
Por: ANMCLA
Seguimos movilizados para asegurar la anulación de todas las órdenes de captura, así como de las investigaciones penales guiadas por la "justicia mediática"
Por todas nuestras luchas, nos mantenemos en la calle, para defender la revolución
ANMCLA, 22 de agosto de 2009
Acabamos de recibir la noticia de la voz del propio camarada: en horas de la tarde de hoy, Gabriel Uzcátegui ha sido puesto en libertad, luego de haber pasado una semana injustamente detenido como producto del linchamiento mediático y la actuación irregular de varios fiscales del Ministerio Público y el tribunal de control nro. 16 de Caracas, en relación con la riña provocada por activistas opositores frente a las instalaciones de Avila TV el pasado 13 de agosto. Actualmente, Gabriel descansa en su casa, junto a su familia, de donde nunca debió haber sido arrancado.
Esta acción demuestra una vez más que aún hoy día, luego de casi diez años de proclamada la República Bolivariana de Venezuela y más de 7 años después de la marea popular del 13 de abril, sólo la movilización popular garantiza los derechos de los sectores populares, ante unos organismos del Estado penetrados todavía por intereses asociados a la oligarquía reaccionaria, y por actores políticos del campo revolucionarios permeables a sus presiones e intimidaciones mediáticas.
El pasado 13 de agosto, en el marco de varias acciones de guarimba en el centro de Caracas y otras ciudades, un grupo de opositores - entre los cuales varios periodistas de la Cadena Capriles - provocaron una escena de violencia frente a las instalaciones de la televisora Avila TV, que acabó con varios heridos leves.
Inmediatamente, la maquinaria de difamación de la derecha sentenció a comunicadores populares de Avila TV y otros activistas populares que participaron en la riña, por medio de los mecanismos más burdos de manipulación de los hechos. Tras la intensa campaña de criminalización mediática, se abrieron expedientes penales contra al menos tres camaradas, siguiendo el guión manipulado de los hechos.
Al ir a declarar por voluntad propia, Gabriel Uzcátegui, miembro del equipo de las Escuelas del Poder Popular, fue detenido y trasladado a las instalaciones de la CICPC (Policía judicial), donde recibió amenazas de que sería trasladado a la prisión de La Planta en El Paraíso - en una vuelta de tuerca adicional del terrorismo judicial del que ha sido víctima. Entre tanto, se libraban órdenes de busqueda y captura contra otros dos compañeros, y corrían rumores avalados y probablemente producidos por los medios de la derecha acerca de órdenes de aprhensión contra comunicadores de Avila TV conocidos por su labor permanente de desenmascaramiento de la conspiración de la ultraderecha.
Al linchamiento mediático y la intimidación del poder de los medios de la derecha, le siguieron casi inmediatamente declaraciones desde el campo revolucionario corroborando sin matices la versión bastarda de los hechos, cuando era evidente que se estaban escondiendo evidencias y que nos encontrábamos ante un caso más de manipulación de la realidad para conseguir resultados a la altura de los planes de la conspiración.
Actores de la comunicación como el Consejo de Comunicadores Socialistas e incluso actores tan fundamentales del proceso como el Partido Socialista Unido de Venezuela, produjeron al día siguiente sendos comunicados en los que se seguía de pies juntillas la respuesta esperada por la operación: condenar la violencia contra periodistas, y exigir "todo el peso de la ley" contra los presuntos agresores.
De la realidad incontestable de los hechos se deriva la necesidad de que estos actores del proceso revolucionario rectifiquen sus versiones de los hechos, revisen su comportamiento y aseguren que sus mecanismos de alerta asumen la realidad de la conspiración y la guerra mediática en la que nos envuelven los enemigos de la democracia. De lo contrario, podrán caer de nuevo sobre la misma trampa, en circunstancias eventualmente mucho más graves.
Por su parte, el pueblo revolucionario no come cuento: desde el primer día, Avila TV, las Escuelas del Poder Popular, medios comunitarios, consejos comunales y otros actores del proceso activaron mecanismos para garantizar la victoria de la verdad revolucionaria y la justicia verdadera. Había tenido lugar una cuidadosa operación destinada a asestar un golpe mortal al canal revolucionario Avila TV, y había que desmontarlo.
Comunicados, análisis, proclamas, y finalmente, una exitosa movilización el día de ayer han arrojado los primeros frutos. Gabriel Uzcátegui ha sido puesto en libertad. No obstante, todavía desconocemos si las investigaciones penales viciadas y violatorias de las garantías procesales emprendidas han sido anuladas. Por eso, seguimos movilizados para garantizar la anulación de expedientes que responden al guión del linchamiento mediático, para asegurar la plena libertad de Gabriel y el cese de las órdenes de captura contra Jorge y Carlos Andrés.
Y más allá, seguimos movilizados para la defensa de todas nuestras conquistas.
Por todas nuestras luchas
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