En vez de ir a la oficina, Mario Díaz va a bailes y toques. Es cantante de joropo tuyero desde hace 35 años y está por sacar su disco número 50. Sus canciones no siempre son alegres, también le hace rimas a los ermitaños.
El poeta de Requena vive de sus ocurrencias
Ha cantado con los arpistas mas importantes, Valero Calzadilla, Jorge Pérez, Lino Pérez, Agustín Lázaro, Máximo Bogado, Yustardi Laza y Lino Cardozo.
Donde está Requena.
En sus años de formación en su Requena natal, localidad campesina cercana a Turgua en el Municipio El Hatillo, Mario estuvo en contacto con leyendas del Joropo como el maestro Fulgencio Aquino, Quintin Duarte, El Chirulí de Aragua y Margarito Aristigueta entre otros.
Recientemente Mario Diáz fue imagen de una campaña institucional del CNE que lo coloco en millones de hogares venezolanos durante algunos días invitando a la gente a votar desde la azotea de un edificio en La Candelaria
Hay gente que vive de cantar joropo. Se levanta en la mañana y, en lugar de ir a la oficina, anda tarareando melodías y persiguiendo metáforas. Llevan la tierra con ellos y son capaces de poner la vida en cuartetas y explicar el mundo a través de sus rimas.
Mario Díaz, el Poeta de Requena, es uno de ellos. Sus semanas se cuentan en bailes y toques, los meses están plenos de programas de radio, conciertos, festivales.
Los años se van llenando de discos y la vida va mostrando los trazos de este oficio único: ser cantante de joropo tuyero. En ese arte se requiere de un complemento para llegar a buen término: todo cantante tiene su arpisto, su alter ego. Aquel completa y cierra el círculo. En los últimos tiempos, Lino Cardozo es el arpisto de Mario Díaz.
Escribo estas líneas entre otras cosas porque Mario está preparando su disco número 50. Muchos discos, muchas composiciones, innumerables bailes y joropos desde 1974, año en que grabó su primer LP. Ahora, 35 años después, se ha convertido en una referencia del género y en uno de sus cantantes más importantes.
Entre los diversos tipos de joropo que hay en Venezuela, el tuyero es uno de los más peculiares por su riqueza melódica y su complejidad rítmica. En él se conjugan la música y el baile y existe un circuito de locales y espacios donde se reúnen los cófrades de esta práctica. En Miranda y Aragua, en Caracas y en el interior, se baila tuyero y se mantiene el significado original de la palabra joropo, que designa a la música y la fiesta en un mismo fonema.
Asistir a un joropo tuyero y disfrutar de la fuerza de la música y de la elegancia del baile es una experiencia única. Podemos ver a gente de todas las edades bailando e ir de a poco comprendiendo los diversos momentos, sintiendo la dinámica del joropo.
Podemos escuchar con atención el desarrollo de los temas y ver cuándo se tranca el golpe y el diálogo entre el arpisto y el cantante se hace más urgente. Arranca el zapateo de los bailadores generando una tensión que luego se relaja y permite que vuelva el aliento para comenzar de nuevo, y mantenerse así toda la noche tocando y bailando.
No siempre se le canta a la fiesta y al goce, y Mario Díaz da fe de eso.
"Yo vivo solo en el mundo, sin hijos y sin esposa y añoro a cada segundo un compañero en mi choza", estos versos de El Ermitaño se escucharon en todo el país con la voz de Simón Díaz y la guitarra de Gabriel Rodríguez y forman parte de la enorme cantidad de temas que ha compuesto el Poeta de Requena y que han sido interpretados por él y por otros cantantes.
En Mi retorno, otro extraordinario joropo, Mario dice: "Hoy soy el hombre que atajo cualquier mala situación, porque con mi profesión aunque no se gana tanto se puede vivir del canto sin mucha preocupación". Toda una declaración de principios que encierra una gran sabiduría y el compromiso con su vocación.
He tenido la suerte de compartir con Mario Díaz y ser testigo de su calidad y sus ocurrencias, su capacidad para la improvisación y su conocimiento del joropo y por eso los invito a acercarse a su música y escuchar alguno de los 50 discos que le ha ofrecido al país durante su fructífera carrera.
El poeta de Requena vive de sus ocurrencias
Ha cantado con los arpistas mas importantes, Valero Calzadilla, Jorge Pérez, Lino Pérez, Agustín Lázaro, Máximo Bogado, Yustardi Laza y Lino Cardozo.
Donde está Requena.
En sus años de formación en su Requena natal, localidad campesina cercana a Turgua en el Municipio El Hatillo, Mario estuvo en contacto con leyendas del Joropo como el maestro Fulgencio Aquino, Quintin Duarte, El Chirulí de Aragua y Margarito Aristigueta entre otros.
Recientemente Mario Diáz fue imagen de una campaña institucional del CNE que lo coloco en millones de hogares venezolanos durante algunos días invitando a la gente a votar desde la azotea de un edificio en La Candelaria
Hay gente que vive de cantar joropo. Se levanta en la mañana y, en lugar de ir a la oficina, anda tarareando melodías y persiguiendo metáforas. Llevan la tierra con ellos y son capaces de poner la vida en cuartetas y explicar el mundo a través de sus rimas.
Mario Díaz, el Poeta de Requena, es uno de ellos. Sus semanas se cuentan en bailes y toques, los meses están plenos de programas de radio, conciertos, festivales.
Los años se van llenando de discos y la vida va mostrando los trazos de este oficio único: ser cantante de joropo tuyero. En ese arte se requiere de un complemento para llegar a buen término: todo cantante tiene su arpisto, su alter ego. Aquel completa y cierra el círculo. En los últimos tiempos, Lino Cardozo es el arpisto de Mario Díaz.
Escribo estas líneas entre otras cosas porque Mario está preparando su disco número 50. Muchos discos, muchas composiciones, innumerables bailes y joropos desde 1974, año en que grabó su primer LP. Ahora, 35 años después, se ha convertido en una referencia del género y en uno de sus cantantes más importantes.
Entre los diversos tipos de joropo que hay en Venezuela, el tuyero es uno de los más peculiares por su riqueza melódica y su complejidad rítmica. En él se conjugan la música y el baile y existe un circuito de locales y espacios donde se reúnen los cófrades de esta práctica. En Miranda y Aragua, en Caracas y en el interior, se baila tuyero y se mantiene el significado original de la palabra joropo, que designa a la música y la fiesta en un mismo fonema.
Asistir a un joropo tuyero y disfrutar de la fuerza de la música y de la elegancia del baile es una experiencia única. Podemos ver a gente de todas las edades bailando e ir de a poco comprendiendo los diversos momentos, sintiendo la dinámica del joropo.
Podemos escuchar con atención el desarrollo de los temas y ver cuándo se tranca el golpe y el diálogo entre el arpisto y el cantante se hace más urgente. Arranca el zapateo de los bailadores generando una tensión que luego se relaja y permite que vuelva el aliento para comenzar de nuevo, y mantenerse así toda la noche tocando y bailando.
No siempre se le canta a la fiesta y al goce, y Mario Díaz da fe de eso.
"Yo vivo solo en el mundo, sin hijos y sin esposa y añoro a cada segundo un compañero en mi choza", estos versos de El Ermitaño se escucharon en todo el país con la voz de Simón Díaz y la guitarra de Gabriel Rodríguez y forman parte de la enorme cantidad de temas que ha compuesto el Poeta de Requena y que han sido interpretados por él y por otros cantantes.
En Mi retorno, otro extraordinario joropo, Mario dice: "Hoy soy el hombre que atajo cualquier mala situación, porque con mi profesión aunque no se gana tanto se puede vivir del canto sin mucha preocupación". Toda una declaración de principios que encierra una gran sabiduría y el compromiso con su vocación.
He tenido la suerte de compartir con Mario Díaz y ser testigo de su calidad y sus ocurrencias, su capacidad para la improvisación y su conocimiento del joropo y por eso los invito a acercarse a su música y escuchar alguno de los 50 discos que le ha ofrecido al país durante su fructífera carrera.
Raúl Abzueta
No hay comentarios:
Publicar un comentario