Los cráteres de Baruta y El Hatillo
Autor: Orlando Viera
Un hueco en la vía de cualquier ciudad, es incapacidad. Dos huecos, es desidia, y tres comporta una grave irresponsabilidad a compás criminal. Ahora, tres o más hundimientos en un mismo sitio o en un corto recorrido, no tienen otro agregado que un palmario desprecio por la comunidad. Esta es la realidad de Baruta y El Hatillo, que con todo el dolor y preocupación, debo denunciar una vez más.
Me crié en Baruta y resido en El Hatillo. Ir de un sitio a otro, no exagero, supone un riesgo y una calamidad inhumana. Si llueve, es cuestión de vida o muerte. No quiero pensar que podría suceder ante un desbordamiento de la quebrada de La Guairita, que refleja un abandono a todo nivel en ese eje que va desde La Virgen, Sartenejas y La Encantada, hasta Manzanares, La Boyera y El Paují... Por cierto, camino al Cementerio del Este, encontramos una fila de cráteres que comienzan a la altura del cruce con Macaracuay y El Cafetal, en el cual -además- se les ocurrió la infeliz idea de colocar unos removibles que han complicado más el tránsito. Son incontables las mesetas rotas y choques registrados en el sitio. Superar el lugar en horarios pico toma horas viniendo de cualquier dirección. Ese bache en plena encrucijada, es la viva expresión de una gestión municipal deficiente, en la que casualmente confluyen Baruta y El Hatillo.
En esa misma ruta, uno reza por no quedarse varado. Ya en una ocasión caí en un hundimiento -mal reparado- que puso mi vehículo en dos ruedas... Si el evento ocurre de noche, la zona es a lo menos, tenebrosa y solitaria. Pequeños abastos apostados al margen de la quebrada, acopian amigos de la bebida, sin luz y sin garantía de nada... La autopista del Este es otro drama. Los Campitos sigue siendo una bomba de tiempo, las alcantarillas siguen tapadas, y Santa Fe es una guillotina. Verdaderos lagos han ocasionado peligrosas colisiones a esos niveles. Las defensas del corredor vial (que me dirán corresponde mantenerlas al gobierno central, para decir que "yo no fui") son una sugerencia, mas no reales.
La Lagunita, Alto Hatillo, Los Naranjos y La Boyera están invadidos de cráteres recurrentes, brocales rotos, vías sucias y sin señalización. La avenida La Cumbre frente al parque por "La Paz", es digno de un fun race ... El asfaltado para reparar otros cráteres es un empache improviso, y un deslizamiento ya suma años. Qué decir de las vías hacia La Unión y El Hatillo adentro. La coordinación de tránsito es nula y las alcabalas una pobre iniciativa que apareja retardo, ansiedad y otros... Todo un tratado de lo que no hay que hacer en materia cultura urbana. Hago un llamado urgente a los alcaldes del sector. El Hatillo y Baruta se caen a pedazos. Se cansa uno.